Los Celtics, los casi barridos y desfigurados Celtics, eran un clamor contra los Heat antes, de la, presuntamente, estocada final del 4-0.
-No nos dejéis ganar esta noche…-, advertía Jaylen Brown.
-No nos dejéis ganar uno…-, avisaba Marcus Smart.
Eran consignas de guerra pero una derrota las podía convertir en frases lapidarias en su contra el resto de sus vidas. Pero Boston no iba de farol.
Los Celtics salvaron su honor y alargaron las Finales de la Conferencia Este en Miami con una muy seria y contundente declaración (99-116 para el 3-1) liderada por un Jayson Tatum que hizo las paces consigo mismo como Boston volvió a su esencia, a ser ese equipo coral, competitivo y devastador.
El alero recuperó su estatus de estrella con todas las connotaciones, con todas las obligaciones que se le asignan a un jugador diferencial, 34 puntos -14/22 en lanzamientos y 4/9 en triples-, 11 rebotes y 7 asistencias pero extendiendo su actuación, también, por fin, al último cuarto, primeros tiros de campo de la serie en el parcial definitivo y 11 puntos, imponiéndose también al pulso personal con Jimmy Butler, 29 tantos -9/21 en TC-, 9 capturas y 5 pases de canasta para el astro de los Heat.
Los Celtics se reencontraron para dejar en el olvido por el momento una crisis existencial, asegurando Malcolm Brogdon que eran un equipo sin identidad, cargando con todas las culpas Joe Mazzulla por no saber motivar a los jugadores. Aunque combinado con mensajes optimistas de cara al Game 4, un escenario de pesimismo e impotencia que sólo podía estallar o en revuelta en el vestuario o en revolución en la pista. La rabia fue procesada de la mejor manera.
Boston recuperó su consistencia defensiva, su letal acierto exterior -40% con un 18/45 en tiros de campo-, y su espíritu colectivo para repartir la anotación, 17 puntos para Jaylen Brown, 16 para Derrick White, 14 para Grant Williams, 12 para Al Horford y 11 para Marcus Smart.
Al Horford fue la metáfora de la recuperación de la esencia verde, volviendo a sonreír en el perímetro con un 3/6 en triples y regresando a ese versátil e imponente defensor para acabar como el mejor de los de Joe Mazzulla con un +23. Y Grant Williams se erigió en la imagen de la restauración del orgullo de Boston, asestando un tapón antológico al final a Jimmy Butler pero, esta vez, con la lección aprendida, sin susurros ni miradas incitadoras.
Los Heat se quedaron en su segunda anotación más baja en estos playoffs. Exhibiendo también la dureza mental que habían señalado mitos como Magic Johnson o Charles Barkley -no decayeron pese a irse 56-50 al descanso-, los Celtics rompieron el círculo vicioso malos ataques y peores transiciones defensivas para entrar en el virtuoso de buenas defensas y mejores ofensivas.
A pesar de las arengas, ánimos y demás, el Game 4 se parecía encaminar a lo de siempre, con Jimmy Butler buscando a White a través de los bloqueos y jugando con él y los Heat amasando puntos atacando la defensa en drop del pick and roll de Al Horford y Robert Williams III. Pero aún así se intuía algo diferente en Boston, con ayudas más activas en las penetraciones y mejores rotaciones defensivas.
No fue hasta que el dominicano y ‘Time Lord’ dejaron sus complejos que los Celtics no empezaron verdaderamente a cambiar las tornas. Hubo de táctica pero también de confianza en el paso adelante de Boston en defensa, dándose cuenta Al Horford y Williams III que no tienen que esconderse bajo la deficitaria y tímida cobertura en ‘drop’ de estas series en los bloqueos directos y que pueden cambiar o, cuanto menos, ser más agresivos en ese ‘drop’, en el que el defensor del manejador fue más agresivo para pasar el bloqueo. Sobre todo ‘Time Lord’ fulminó el ritmo en la circulación de Miami e hizo que, por primera vez, Butler transmitiera dudas cuando se quedó con él en el cambio.
Un ajuste clave para interrumpir la fluidez de los Heat -sólo 18 asistencias por las 28 de los verdes-, a la par que cerrar la puerta de los triples, sólo un 25% el equipo de Erik Spoelstra con un 8/32 en tiros. La mayor dureza sobre Bam Adebayo en el poste se tradujo esta vez en sólo 10 puntos del pívot, con Gabe Vincent con 17 y Caleb Martin con 16 como otros jugadores con dobles dígitos en el conjunto de Florida.
Pero Boston volvió a ser también el equipo fluido y creativo que ha sido atacando en estático durante la temporada, incluso ante la solución de urgencia de la zona de los Heat.
Regresó el rápido movimiento de balón y la paciencia, con los pick and roll a un lado para cambiar al lado débil y a partir de aquí repetir pase o penetrar para abrir el camino hacia el aro, penetrando por la esquina para encontrar ventajas y con Tatum impartiendo cátedra de cómo explotar la superioridad de tamaño penetrando o creando contacto antes de conectar tiros de media distancia.
El ‘0’ resolvió esta vez la mayoría de los 2×1 e hizo mucho daño a Gabe Vincent cuando lograba el emparejamiento con el base. Tener a un jugador dispuesto para tirar de tres justo al lado cuando recibía dobles defensas dio también puntos a los de Massachusetts.
Otro detalle más entre todos los que exhibieron los Celtics para frenar la euforia en Miami antes del Game 5 el jueves en Boston, donde se empieza a creer de verdad que, si los Boston Red Sox fueron los primeros y hasta la fecha únicos de la historia en remontar un 3-0 en unos playoffs en la MLB de béisbol, por qué no su equipo de baloncesto puede ser el primero en la NBA. Los Celtics quieren guerra.
MIAMI HEAT
99116
BOSTON CELTICS
Miami Heat: Butler (29), Love (6), Adebayo (10), Strus (9), Vincent (17).
Banquillo: Martin (16), Lowry (5), Zeller (5), Robinson (2), Highsmith, Jovic, Yurtseven.
Boston Celtics: Tatum (33), Brown (17), Al Horford (12), Smart (11), White (16).
Banquillo: Grant Williams (14), Robert Williams III (7), Brogdon (2), Champagnie, Hauser, Kornet, Muscala, Pritchard (4).
Parciales: 29-23/27-27/23-28/20-28
Árbitros: Scott Foster, Eric Lewis, Brent Barnaky, Aaron Smith.
Incidencias: cuarto partido de las Finales de Conferencia del Este disputado en el Kaseya Center de Miami ante 18.847 espectadores. Los Heat ganan ahora 3-1 en la serie y el quinto encuentro será el jueves en Boston (02:30, hora peninsular).
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