El hayedo de Montejo (Madrid) es uno de los 10 bosques primigenios —que no vírgenes— de España, es decir, una de las pocas extensiones naturales en las que no ha intervenido de manera sustancial la mano del hombre. A pasear entre sus árboles se han animado el activista y modelo Jon Kortajarena y el atleta Chema Martínez, uno de los mejores fondistas españoles de la historia, ganador de varias medallas en los Europeos de atletismo. Los dos se maravillan de la gran salud de este espectacular hayedo, de incomparable riqueza biológica y un pulmón para los habitantes de la zona. Pero de otros muchos bosques no se puede decir lo mismo. Cada año, 8,8 millones de hectáreas verdes desaparecen en todo el mundo, una superficie superior a toda Andalucía. A partir de este hecho, nos preguntamos: ¿cómo podemos actuar, qué podemos hacer por su conservación?
Una forma de tomar partido es conocer el inicio del problema. Ir al origen. Cuestionarse algo simple y muchas veces olvidado: ¿qué sucede con la madera de los árboles, esa materia prima usada desde tiempos inmemoriales en las más diversas industrias y artes? Porque lo más probable es que cualquier persona que recorra un bosque no sepa si los ejemplares que le rodean son bien tratados, se explotan adecuadamente o están protegidos. Por eso es importante hacerse estas preguntas y demandar que los ciudadanos, pero también empresas y organismos públicos, salvaguarden este patrimonio natural.
Una adecuada gestión forestal asegura que los bosques se renuevan en la misma medida que se extrae la madera
Un certificado que asegura la sostenibilidad
Al igual que para muchas especies animales, para la madera también se han creado distintos mecanismos de protección. El principal, que asegura que un bosque se explota de manera consciente y sostenible, es el certificado otorgado por la asociación independiente Forest Stewardship Council (FSC), una garantía internacional que se otorga a las empresas —ellas se someten voluntariamente a este examen— que cumplan ciertos requisitos a la hora de extraer la materia prima. Como indica en el vídeo que encabeza este artículo Mónica Chao, directora de Sostenibilidad de Ikea en España, lo principal es, ni más ni menos, “trabajar de una manera que asegure que los bosques se renuevan en la misma medida que se extrae la madera”.
Esa gestión sana trata de asemejarse a la dinámica natural de un bosque e intenta, entre otras cosas, dar salida a los árboles que corren riesgo de pudrirse o están más deteriorados. La última derivada de esta sostenibilidad viene de las propias personas que, día a día, extraen su madera. “Hay otras condiciones muy importantes que tienen que ver con las personas, con cómo viven y cómo trabajan. Y con la biodiversidad: cómo conservamos plantas y animales, los ecosistemas que viven de los bosques”, incide Chao. A partir de ahora, como cierra Jon Kortajarena en su paseo por el hayedo de Montejo, haríamos bien en mirar la madera que consumimos.
Un ‘efecto positivo’ en los bosques
La madera es el inicio y motor de Ikea. Por ello, entre los grandes objetivos de la compañía está el cuidado de este activo, un material renovable y duradero, de gran calidad y respetuoso con el medio ambiente, del que forma parte indisoluble. “Usamos mucho la madera por nuestros orígenes escandinavos y porque es una materia prima bella para la producción de nuestros muebles”, explica Mónica Chao, directora de Sostenibilidad de Ikea en España.
Por ello, la compañía se ha puesto como meta ejercer un efecto positivo en los bosques. En la actualidad, todas las fuentes forestales de las que se surte son sostenibles, como las maderas garantizadas por la FSC -que incluye aspectos como el bienestar social y económico de los trabajadores y de las comunidades locales que dependen del bosque- o las reciclables. Ikea extrae madera de pinos, abedules, hayas y acacias en 50 países diferentes, cada uno con sus factores biológicos y sociales. Para evitar las talas incontroladas y detener la deforestación, la firma colabora con WWF en 15 países para lograr una certificación forestal creíble. Una manera de proteger los bosques del mundo y luchar por la pervivencia de la fauna y flora que acogen, casi el 80% de la diversidad biológica mundial.
‘Orígenes’, el principio de la solución
“¿Podemos vivir de un modo más sostenible? Basta de palabras huecas; hay que actuar”. Con estas declaraciones como motor, el actor y activista por el medio ambiente Jon Kortajarena reunirá en la serie Orígenes y a lo largo de 12 capítulos a otras tantas personalidades que quieren cambiar el planeta y que abordarán semanalmente los grandes temas que harán de él un lugar más sostenible: agua, bosques, energía, personas… Una serie que quiere ser una oportunidad para reflexionar, aprender y ser parte de la solución.
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