La lavadora es uno de los electrodomésticos más importantes del hogar, pero no siempre le prestamos la atención que se merece. Esto provoca que la ropa no salga tan limpia y con tan buen olor como nos gustaría. Solemos pensar que esto se debe a que hemos puesto mal el programa de lavado, pero el problema es mucho más simple: la lavadora está sucia.
Aunque no todo el mundo lo sabe, es fundamental limpiar la lavadora con frecuencia. De lo contrario, además de no quedar la ropa limpia, con el paso del tiempo se irán acumulando moho y cal, perjudicando a su correcto funcionamiento. Puede parecer una tarea muy complicada, pero siguiendo algunos consejos, podemos conseguir que quede reluciente casi son esfuerzo.
¿Cómo limpiar la lavadora?
Solo necesitamos un ingrediente que todos tenemos en la cocina: el vinagre blanco. Simplemente tenemos que verter un poco de vinagre blanco en una botella con pulverizador y rociar un poco en el tambor y la goma. Dejamos actuar durante una hora y, una vez transcurrido el tiempo, aclaramos con un paño empapado en agua tibia.
El vinagre blanco es un gran desinfectante, así que elimina el moho y disuelve la cal. No hay que preocuparse por el olor del vinagre, ya que desaparecerá pasados unos minutos. A continuación, desmontamos la bandeja y la limpiamos con vinagre blanco para eliminar los restos de suciedad y detergente.
Para finalizar, vertemos un par de vasos de vinagre blanco en el tambor y un vaso en la bandeja del detergente. Ponemos la lavadora en marcha y programamos un lavado en vacío a 60 grados para eliminar la cal y la suciedad, incluso en el interior de las tuberías.
Siguiendo estos pasos tan sencillos, conseguiremos que la lavadora quede reluciente sin apenas esfuerzo. Conviene repetir el proceso cada dos o tres semanas, según el uso que le demos a este electrodoméstico.
Consejos prácticos
Además de limpiar la lavadora con frecuencia, hay otros consejos que debemos tener muy en cuenta para sacarle el máximo partido y que la ropa quede como nueva.
Siempre queremos aprovechar al máximo cada lavado, pero es importante no llenar el tambor más de lo recomendable porque la sobrecarga puede hacer que la ropa no quede lo suficientemente limpia.
Además, es esencial utilizar la cantidad de detergente y suavizante recomendada por el fabricante. Y es que, utilizar una cantidad excesiva puede hacer que la lavadora empiece a fallar antes de tiempo y, además, deja mal olor en la ropa.
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