Ha sido uno de los regresos más esperados de los últimos meses. Después de reaparecer por sorpresa mediante videollamada en la final de “La última cena”, Mila Ximénez ha vuelto a sentarse en el “Deluxe”, poco más de un mes de revelar que le habían diagnosticado cáncer no operable de pulmón y que iba a empezar un tratamiento de radioterapia y quimioterapia de manera inmediata.
La andaluza no ha podido contener la emoción a su llegada al plató, ya que todos sus compañeros la han recibido en pie y con una gran ovación. Durante toda la entrevista, Mila apenas ha podido evitar las lágrimas, como cuando ha confesado que tardó una semana en reunir las fuerzas para contarle a su hija Alba -que en la actualidad reside en Ámsterdam con su familia- la gravedad de su enfermedad: un tumor complicado y no operable, ya que había metástasis. «Alba es lo que más quiero, yo siempre he intentado protegerla de todo, tenerla en una burbuja y que nada le doliese, lo que a ella le roza a mí me destroza”, ha asegurado Mila.
Alba se ha convertido en el mejor apoyo para la colaboradora en este difícil momento. No solo viajó de manera inmediata a Madrid, sino que además decidió pedir una segunda opinión, a pesar de que Mila confía plenamente en su médico: “mi oncóloga es mi ángel de la guarda”, ha dicho.
La andaluza ha recordado cómo se sintió en el momento en el que le diagnosticaron la enfermedad: “jamás pensé que tendría un cáncer, no pensé que esto me pudiera pasar a mí”. Mila llevaba tiempo arrastrando fuertes dolores en la espalda y, gracias a la recomendación de Jorge Javier, acudió a que le hicieran una resonancia. Tras visitar a un par de médicos, se confirmó el diagnóstico. En un primer momento le costó mucho asimilarlo, sobre todo cuando le explicaron que el cáncer no estaba localizado, lo que acrecentaba su gravedad: «los médicos me han explicado que cuando un cáncer está localizado se le dispara y punto, pero a este no se le puede disparar». En su caso se ha extendido a varias zonas: “tengo metástasis, está en los pulmones, en el hígado y más partes”.
Para ella ha sido un golpe muy fuerte en su vida y las últimas semanas han sido especialmente difíciles, con intensos cambios de humor y las emociones a flor de piel. Pese a esta complicada situación, Mila Ximénez mantiene una actitud muy valiente de cara al futuro: “decidí que tenía dos opciones: me levanto y esto es lo que hay o me quedo en casa. Esta es otra guerra más”, ha revelado. La colaboradora intenta asumir su estado como algo sintomático: “estoy tratando esto como una enfermedad sintomática que está producida por un estrés. Aceptar la enfermedad no sé si te sirve para algo, te sirve aceptar el tratamiento. Sé que tengo un cáncer y estoy convencida de que lo voy a superar”.
Desde el momento en el que reveló que padecía la enfermedad, han sido numerosas la muestras de cariño que ha recibido de sus compañeros, a quienes les costó también bastante contar la noticia, en especial de Jorge Javier Vázquez, que se ha convertido en uno de sus grandes apoyos: “él lo está pasando muy mal con todo esto, está siempre ahí, no deja que me derrumbe ni haga dramas”. Una actitud que concuerda perfectamente con la actitud que la andaluza ha tomado ha tomado respecto a su enfermedad: “no quiero dar lástima, no quiero dramatizar, de esto vamos a salir».