Durante más de una década, el hermano del presidente de Honduras se codeó con importantes narcotraficantes, con los que se reunía cargando una pistola y de los que recibía miles de dólares a cambio de ofrecerles información sobre investigaciones y operaciones policiales, dijo un testigo el jueves.
Víctor Hugo Díaz Morales, un extraficante que identificó y señaló a Tony Hernández, hermano del presidente, realizó esta declaración en una abarrotada sala de una corte de Manhattan donde se juzga a Hernández por tráfico de cocaína.
Díaz Morales aseguró que el papel de Tony no era sólo el de informador: el hondureño de 41 años, quien fue diputado del Congreso de su país, se dedicó también a producir su propia cocaína en un laboratorio colombiano y a distribuirla y venderla después de estampar sus iniciales, T. H., en ella, señaló.
“Era similar al logo de Tommy Hilfiger”, dijo Díaz Morales en referencia a la famosa marca de ropa estadounidense.
Díaz Morales, con uniforme de preso y semblante serio, testificó también que pagó $40,000 dólares en 2005 para financiar la campaña electoral del actual presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, a diputado en el Congreso de su país. Aseguró que Tony Hernández le pidió ese dinero y le dijo que de esta forma podría tener conexiones políticas importantes y ayudar así a traficantes como él.
Testificó que en total traficó unos 140,000 kilos de cocaína con la ayuda de Tony Hernández de 2004 a 2016.
“Tony Hernández daba información sobre los retenes policiales y sobre las investigaciones relacionadas con narcotráfico”, añadió Díaz Morales, quien además admitió haber estado involucrado en 18 asesinatos.
Hernández, vestido en traje azul oscuro, escuchó con atención lo que se dijo en la audiencia, que empezó a las diez de la mañana y duró hasta las cinco de la tarde.
El juicio, que podría durar dos semanas, se espera con expectación en Honduras porque ha salpicado al propio presidente Juan Orlando Hernández, a quien los fiscales han acusado de utilizar $1.5 millón de dólares proveniente de las drogas para la campaña que lo llevó a la presidencia en 2013.
El miércoles el fiscal Jason Richman dijo en su monólogo de inicio de juicio que el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán pagó un soborno de un millón de dólares en persona a Tony Hernández para que éste se lo diera a su hermano, el presidente.
El mandatario negó las acusaciones en su cuenta de Twitter, pero el jueves, en un mensaje desde Tegucigalpa, insistió en la misma tesis utilizada desde el inicio del proceso: que todo es una estrategia de los narcotraficantes para conseguir reducciones de penas y vengarse de él. Además, alertó de posibles nuevas declaraciones en su contra.
“En los próximos días, tal como sucedió ayer (el miércoles) en un juzgado de Nueva York, se van a desprender una serie de historias novelescas provenientes de narcotraficantes que ven en este juicio de Juan Antonio Hernández, la oportunidad ideal de atacar a la persona responsable de que hayan sido extraditados y que estén encarcelados”, afirmó ante la prensa.
En la corte de Manhattan, Díaz Morales dijo que pagaba $5,000 a Tony Hernández cada vez que éste le informaba sobre retenes o sobre investigaciones policiales y que así era como evitaba decomisos. Los pagos eran de $10,000 dólares cada vez que le informaba sobre operativos en la base militar en Naco, Honduras, y sobre cada vez que le informaba cuando altos funcionarios de Tegucigalpa iban hacia allá. Era importante saber eso para aprovechar y sobornarles a ellos también, añadió.
Los pagos, dijo el extraficante, no los hacía él directamente a Tony: usaba como intermediario a un hondureño llamado Carlos Mauricio Toledo.
Díaz Morales mencionó también que un guardaespaldas del presidente, al que llamó simplemente Portillo, acompañaba a veces a Tony Hernández en sus reuniones con traficantes. Fue en 2004 cuando Díaz Morales conoció a Tony Hernández, dijo, en la casa del extraficante Carlos Toledo en San Pedro Sula.
Díaz Morales, apodado “El Rojo”, afirmó que se reunió con Tony Hernández unas tres o cuatro veces al año de 2004 a 2010.
A las reuniones entre traficantes, explicó, acudía también Juan Carlos Valenzuela, quien en la actualidad es diputado en el Congreso Nacional.
Hondureños curiosos, además de periodistas, llenaron el jueves la sala de la corte. El miércoles unos 20 hondureños se plantaron con pancartas frente al edificio para denunciar corrupción entre las autoridades hondureñas.
El presidente Hernández ha logrado mantener una cercana relación de trabajo con Estados Unidos a pesar del caso criminal de su hermano en Nueva York. La semana pasada visitó esa ciudad con motivo de la Asamblea General de Naciones Unidas, firmó un acuerdo migratorio con Estados Unidos y se reunió con el presidente Donald Trump.
El jueves por la mañana, un detective hondureño testificó que el nombre de Tony Hernández estaba escrito varias veces en libretas que fueron encontradas el año pasado en un vehículo en el que viajaba un conocido extraficante de droga.
El ex narcotraficante, llamado Nery Orlando López Sanabria, fue arrestado y en su vehículo, además de las libretas, había compartimentos secretos con pistolas, bolsas repletas de dólares, relojes, joyas y un radio comunicador, señaló.
Richman mostró imágenes de páginas escritas a mano donde se leía “Tony Hernández mandó nava con 650 catálogos” y después “Tony mandó 650”.
“Cuando usted leyó estas libretas, ¿saltó a la vista ver el nombre de Tony Hernández en ellas?”, le preguntó Richman al detective, llamado Miguel Reynoso.
“Sí, en ese momento el caso era bastante sonado”, testificó Reynoso.
En Honduras han proliferado desde hace meses las protestas contra el presidente, quien también ha acusado a sus opositores políticos de promover las denuncias en su contra por posibles vínculos con el crimen organizado.