Dos pilotos jóvenes han muerto en dos días, víctimas de sendos accidentes en moto. El primero, cuyo deceso se confirmó este martes, fue el piloto checo de 16 años Jakub Gurecky, que había sufrido un accidente cuando se entrenaba con una minimoto en una pista de pequeñas dimensiones. El segundo, conocido este miércoles, es el tailandés de 17 años Thannaphet Kusuwan. El chico participaba en una de las pruebas de selección para la Honda Thai Talent Cup, una de esas copas de promoción en busca de nuevos talentos que impulsa la empresa organizadora del Mundial de Motociclismo, la española Dorna.
Kusuwan pilotaba una Honda NSF 250, la moto de 250cc con la que se compite en todas estas Talent Cup –las hay también para Asia y Australia, para los países nórdicos, para Gran Bretaña… y buscan aumentar la paleta de representación en MotoGP donde predominan los pilotos españoles e italianos– y lo hacía en el circuito de Buriram, en Tailandia. Se trata de una de las pistas del Mundial, que ya ha acogido dos grandes premios de MotoGP y cuenta, supuestamente, con todas las medidas de seguridad. Pese a todo, el joven piloto sufrió un accidente y los servicios de emergencia no pudieron hacer nada para salvar su vida.
Que el motociclismo es un deporte de riesgo es una frase muy manida en los circuitos. Asumen ese riesgo los participantes desde el primer día, pero la juventud de los últimos fallecidos al mando de una moto de competición ya hizo saltar las alarmas el pasado verano de tanto de la Federación Internacional de Motociclismo como de la propia Dorna, que está detrás de la mayoría de competiciones de velocidad que se celebran. Sucedió tras asistir a dos accidentes fatales en poco tiempo, el de Dean Berta y el de Jason Dupasquier, que engrosaban la lista de menores de edad muertos en los últimos años.
El golpe hizo reaccionar a los organizadores, que impulsaron una importante reforma y subieron la edad mínima de participación en sus distintas competiciones, además de comprometerse a mejorar la seguridad tantos de las pistas como del material con el que compiten los propios pilotos.
El caso de Gurecky es ciertamente excepcional por lo extraño de ver un accidente fatal en un circuito de minimotos, pero no tanto el de Kusuwan, que murió al caerse en una pista de asfalto de las del Mundial y con una máquina de 250cc y cuatro tiempos en el marco de unas pruebas de selección en las que no se exige, por ejemplo, que los monos de los corredores vayan equipados con el airbag que sí es obligatorio para los pilotos de las tres categorías del Mundial.
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