‘The Digital Street’, la alternativa en internet al arte urbano


Las instituciones artísticas están en crisis. El número de visitantes a los museos ha bajado a niveles preocupantes mientras que los galeristas sufren el colapso de su facturación debido a la covid-19. En los últimos tiempos, entidades tradicionales y nuevos agentes han buscado alternativas que mezclaran lo físico con lo digital. Taby, una galería de arte contemporáneo que funciona solo en internet, es una de estas últimas. Nacida durante la pandemia, en febrero ha preparado su segunda exposición, titulada The Digital Street y enfocada al arte urbano de ocho creadores repartidos por cuatro continentes.

Emerson Radisich, 27 años, es el comisario de la muestra y una de las cinco personas que forman hasta ahora parte permanente del equipo de Taby. Radisich explica, en una entrevista telemática desde su casa en Australia, la idea detrás de esta pinacoteca digital: “Queríamos hacer una galería con un nivel profesional que pudiera llevar a los artistas locales a una audiencia global”.

El concepto base de The Digital Street es el postmuralismo, que él define así: “El arte urbano y del mundo del grafiti que ha migrado al mundo de las bellas artes. Se puede hacer, por ejemplo, una pintura, pero con una influencia palpable del grafiti en su realización”. La idea central de la muestra es entonces “el postmuralismo con un sentido digital”.

El comisario muestra ambivalencia ante la pregunta de si el arte urbano a través de plataformas digitales es una contradicción. Opina que si bien el grafiti es una actividad basada en lo físico también hay otras maneras de plantearlo, más allá de las limitaciones del espacio. “El arte público es una manifestación que va dirigida a una comunidad física limitada, pero ahora, especialmente con la pandemia, todo se basa en compartir en las redes sociales”, argumenta, y agrega: “Soy de Nueva Zelanda, que es un lugar bastante aislado, pero me gusta el arte urbano, así que mi consumo vino de las redes sociales”.

La exposición está conformada por tres piezas del diseñador gráfico polaco Karifurava Caihua y que se inspiran en el misticismo y la estética asiática, tres ilustraciones en blanco y negro del suizo Morris Vogel, y tres reproducciones digitales del pintor australiano Tom Gerrald.

La muestra se completa con tres piezas de Judy Rhum, donde la artista residente de Milán reconvierte postales de viaje; dos reproducciones digitales y una pintura de la grafitera neoyorquina Indie 184, y el trabajo de la realizadora multidisciplinaria de Shanghái Nini Sum, que ofrece collages y yuxtaposiciones digitales.

“Ningún artista de The Digital Street procede de un mismo sitio”, señala Radisich. “Vienen de Europa, Asia, América, Oceanía y esto es solo posible al hacerlo de esta manera. No somos la Tate Modern para darnos el lujo de pagar 500.000 dólares para traer y exhibir piezas”.

El neozelandés, también comisario asistente de una galería en Melbourne, comenta que existen “muchos artistas que tienen éxito en sus propios países y no tienen la oportunidad de hacer grandes exposiciones internacionales”. “Lo que es importante para mí con The Digital Street “, añade “es tener la posibilidad y la capacidad de comisariar un contenido global”.


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