Si dentro del contexto de preocupación y de excepcionalidad que se ha apoderado del deporte profesional existe margen para tratar ver algún lado positivo, uno de los que puede estar relativamente contento de que la Liga se aplace, cuando menos, hasta el primer fin de semana de abril es Asier
Illarramendi. El capitán de la Real, que el pasado 30 de febrero cumplió medio año en fase de recuperación de la grave lesión que sufrió en agosto en San Mamés, dispondrá ahora de tres semanas más de puesta a punto para, si el campeonato se reanuda en condiciones normales, poder disputar los once últimos partidos de Liga y la final de Copa como uno más.
Illarramendi se incorporó el pasado domingo con total normalidad al trabajo con el grupo, coincidiendo con su 30 cumpleaños. En las semanas previas ya había hecho trabajo individualizado a alta intensidad pero es desde hace seis días cuando cabe considerarlo apto, como uno más. El mutrikuarra, además, no ha experimentado ningún retroceso en los tres entrenamientos colectivos que ha habido desde entonces por lo que cabe considerar que no hay marcha atrás en su situación.
Un mes de ‘pretemporada’
Es por ello que el hecho de que no haya Liga ni pasado mañana ni el próximo sábado, de alguna manera, juega a su favor. Si el campeonato se reanudara el 5 de abril, Illarramendi habría tenido casi un mes completo para entrenarse, una mini pretemporada. Tiempo a priori suficiente para ponerse al nivel de los demás. Incluso para alguien como él que acumula seis meses sin competir, todos ellos entrenándose en solitario en el mejor de los casos. Otra cosa es que Imanol decidiera recurrir a sus servicios ya que, como hemos comprobado en el caso de Zurutuza, el entrenador ha hecho especial hincapié en que una cosa es recibir el alta y otra poder igualar el nivel condicional de los jugadores que llevan entrenando y compitiendo con normalidad toda la temporada. El de Rochefort no ha entrado en una sola convocatoria desde que dejó atrás definitivamente sus problemas en el tendón de Aquiles.
Cinco partidos en un año
Illarramendi jugó su último partido oficial el 30 de agosto en San Mamés pero es que, además, en el último año natural sólo ha jugado cinco partidos oficiales. Tras lesionarse el 10 de febrero en Valencia, terminó el pasado campeonato jugando dos partidos en los que salió del banquillo contra el Real Madrid (13 minutos) y el Espanyol (26’) y después de disputar los dos primeros encuentros de esta campaña al completo, abandonó San Mamés en camilla en el minuto 35 del derbi.
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