Si notas tu pelo apagado y sin vida, te contamos cómo preparar y aplicar la mejor mascarilla de miel. Un remedio casero, 100% natural, que funciona de maravilla. La cosmética orgánica tiene cada vez más adeptos por los grandes beneficios que ofrece para la piel y el cabello.
Uno de los principales problemas que presenta la cosmética industrial es que resuelve los distintos problemas con ingredientes químicos que pueden dar lugar a efectos secundarios como irritación, enrojecimiento y alergia.
¿Cuáles son los beneficios de la miel para el cabello?
Lo primero y más importante es conocer todos los beneficios que tiene la piel para la salud y el aspecto del cabello. Actúa a modo de suavizante natural, así que se puede utilizar a modo de acondicionador y para alisar el pelo.
Tiene propiedades antioxidantes y favorece el crecimiento porque mejora la salud de los folículos pilosos. La miel es uno de los ingredientes más apreciados en la cosmética natural por sus propiedades humectantes: previene la caída del cabello y aporta brillo al pelo dañado y seco.
Aunque es un ingrediente recomendado para todo tipo de cabellos, lo es especialmente para los que necesitan un extra de vitalidad.
Receta de mascarilla de miel para el pelo: ingredientes, elaboración y aplicación
Los ingredientes para elaborar esta mascarilla son muy sencillos: 2 cucharadas de miel y media taza de leche de avena. La leche de avena también es muy beneficiosa para el cabello porque lo suaviza, lo fortalece y lo nutre. En el Antiguo Egipto ya usaban los baños de avena para hidratar en profundidad la piel y el pelo.
La preparación de la mascarilla casera es tan sencillo como mezclar la miel y la leche en un bol de cristal. Debe quedar una pasta homogénea, así que es esencial integrar muy bien ambos ingredientes.
Cuando la tengas lista, aplica sobre el cabello húmedo, desde la raíz hasta las puntas. Sí, es una mascarilla que se puede aplicar desde la raíz porque no engrasa. Luego, deja que actúe durante 15 minutos.
Para potenciar los efectos, lo ideal es que te pongas un gorro de ducha mientras tienes la mascarilla en el pelo. Además, de esta manera puedes sentarte en el sofá o donde quieras sin miedo a manchar nada.
Una vez transcurrido el tiempo, aclara con abundante agua tibia. Puedes repetir el proceso dos veces por semana.
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