El pan de molde es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo, ya que admite multitud de preparaciones, con ingredientes tanto dulces como salados, y se puede tomar en cualquier momento del día. Aunque el pan blanco y el pan integral tienen un aporte calórico muy similar, este último tiene un mayor contenido en fibra y otros nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo.
La razón es que el pan integral se elabora con harina sin refinar, lo que hace que tenga más nutrientes que el blanco. Como la harina no está refinada, el cereal conserva la cubierta del grano en su totalidad. El trigo es el cereal más utilizado, aunque existen otros como el centeno, la avena o la cebada.
El peligro del pan de molde quemado
Independientemente del tipo de pan de molde que suelas consumir, debes tirarlo de inmediato si está quemado, tal y como advierten los profesionales de la salud. La principal preocupación es el riesgo de formación de acrilamida, un compuesto que, según diversos estudios científicos se ha relacionado con el daño al sistema nervioso y el cáncer.
Aunque la ciencia no ha conseguido establecer un vínculo directo entre la acrilamida y el cáncer en los alimentos, algunas investigaciones sí han detectado una duplicación del riesgo de sufrir cáncer de útero y ovario entre las mujeres que consumen este compuesto.
La acrilamida suele formarse en los alimentos con almidón durante el proceso de cocción a altas temperaturas. Esto tiene lugar por una reacción química entre los azúcares y las proteínas, y, en el caso del pan de molde, hace que se torne de color oscuro y tenga un sabor distintivo cuando se quema.
Cuanto más tostado esté el pan de molde, más acrilamina contiene, así que lo mejor es tirarlo. Ahora bien, tampoco es cuestión de alarmarse. La probablidad de que comer pan de molde quemado cause cáncer, siempre y cuando el consumo sea moderado y forme parte de una dieta equilibrada y saludable, es muy baja. Pero, aún así, es mejor ser precavidos.
Para evitar que se quemen las tostadas, es muy importante controlar el tiempo y la temperatura de cocción. La ciencia señala que el pan de molde debe tostarse durante tres minutos y medio a 150 grados en la tostadora. Sin embargo, esto depende en gran medida de la potencia del aparato y del tipo de pan que utilices. Las primeras veces, ve controlando el pan hasta saber cuál es el punto exacto.
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