Antes de llegar al GP de Japón de F1, mucho se había hablado de que Mercedes había aparcado 2019 para centrarse plenamente en la evolución del coche de 2020 y así poder iniciar con ventaja competitiva respecto a sus competidores el próximo curso. Con un amplio margen en el Mundial con sus dos pilotos al frente, dirigiéndose hacia el sexto título de Lewis Hamilton y otra corona más de Constructores cerca, las flechas de plata se habían visto sorprendidas por la gran mejora que realizó Ferrari tras el parón de verano, haciéndose grande con una potencia espectacular de su motor en las rectas de Spa-Francorchamps y Monza y estrenando un paquete aerodinámico en Singapur que les hizo volver a dominar por tercera carrera consecutiva. Dicha evolución les hizo también ser superiores en Rusia, carrera que Ferrari solo perdió por sorpresa ante Mercedes por una mala estrategia originada por una discutible gestión del ego de Vettel sobre Leclerc. Pero pese a ello, el ‘Gran Circo’ puso rumbo a Japón con la sensación de que Ferrari podía pelear por todas y cada una de las 5 carreras restantes. Un buen lavado de imagen final tras un inicio de campaña decepcionante. Mercedes podía permitirse el lujo de relajarse y empezar a mirar al próximo año, mientras que los italianos necesitaban resultados a corto plazo. Ese parecía el motivo del cambio de escenario visto tras el parón. No obstante, en Japón, los de Brackley se encargaron de acabar con las especulaciones. Habían preparado una última evolución para encarar la recta final del campeonato a lo grande, y lo demostraron en Suzuka.
En la primera jornada de entrenamientos libres, su dominio fue acaparador. Veníamos de carreras luchadas, en las que las ‘flechas de plata’ parecían estar mucho menos afiladas ante un Ferrari muy poderoso. Pero en Suzuka, su superioridad fue constante. A una vuelta, Bottas lideró las dos sesiones ante Hamilton. La última de ellas, con una décima de margen respecto al inglés y con los dos Ferrari lejos (Leclerc, cuarto a 0”356 y Vettel, quinto a 0”591). Y no solo eso, Mercedes volvió a ser el que mejor degradó los neumáticos, el que mejor agarre obtuvo en pista, algo clave en Suzuka, y el que mejor ritmo de carrera mostró. Todos los ingredientes para que el elixir preparado en Japón les lleve al éxito.
Lo destacaba los propios pilotos tras bajarse del coche. “Estoy bastante contento con el coche en general, tan sólo tenemos que ajustar pequeñas cosas con el equilibrio, pero al menos hoy fuimos bien en tanda corta y tanda larga. He notado las ganancias que hemos tenido con el coche, algo que siempre deja una sensación muy agradable. Podemos empujar aún más que antes”, dijo el líder del día, Valtteri Bottas, a la prensa.
Y sus rivales, no podían hacer otra cosa que reconocer lo obvio y esperar a que la lluvia no se marche de Suzuka (sí los vientos huracanados) para que les ayude a cambiar las cosas. “Espero que las condiciones de la pista sean complicadas porque Mercedes está delante nuestro y Red Bull es peligroso”, decía Leclerc. “Mercedes parece objetivamente más adelante. El domingo será una jornada particular, no sé muy bien qué condiciones nos encontraremos, pero espero que sean un poco locas porque esto nos ayudaría”, expresó por su parte Vettel. Todo ello, antes de que Ferrari gozara de la noche del viernes y una jornada extra, la de este sábado, para estudiar los datos recogidos y buscar una solución para dar caza a Mercedes, algo que se antoja muy complicado en un circuito en el que los de Brackley han triunfado en las últimas 5 carreras consecutivas, 4 de ellas con Hamilton en lo más alto del podio.
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