Todo lo que deberías saber sobre el sadomasoquismo

Cuando hablamos de diversos tipos de prácticas sexuales llevadas al extremo podemos citar el sadomasoquismo. Está formado por sadismo y masoquismo, y su nombre procede del Marqués de Sade, escritor y filósofo francés del siglo XVIII, que dio nombre y concepto a esta práctica sexual.

En concreto, el sadomasoquismo es aquella patología que se atribuye a quienes ejercen la dominación, la violencia o la agresividad para sentir excitación sexual. Es una práctica extendida para aquellos que quieren sentir fantasías sexuales algo más extremas. Si bien puede ser algo light entre una pareja solo para probar o bien llevado a la máxima expresión tornándose un problema psicológico que debe tratarse.

Este concepto también se atribuye a aquellas personas que se dejan dominar, es decir, realizan lo contrario, se sienten sumisas y humilladas, y con ello consiguen placer.

Algunos datos de sadomasoquismo

Aunque no hay muchos datos sobre el comportamiento sadomasoquista, algunas encuestas dan a conocer que entre el 10 % y el 20 % de la población demuestra interés habitual en las prácticas BDSM y entre un 2 % y un 4%, en el sadomasoquismo.

Y entre los que lo practican, un 65 % desarrollaban relaciones de tipo dominación-sumisión (D/s), mientras que un 17 % se reconocían como practicantes del sadomasoquismo.

Ejemplos y prácticas sadomasoquistas

Existen diversos ejemplos y tipos de tales prácticas y es que casi todo está en la imaginación de quienes lo practica. Una de las formas más extendidas es atar a la persona con cuerdas, vendar los ojos, vestirse de latex o con vestuario distinto y apretado, dar azotes y algunas prácticas que comportan cierto dolor, etc.

Para practicar sadomasoquismo de debe haber el dominante y el dominado, aunque uno mismo también puede hacerlo.

Un trastorno psicológico

Esta práctica puede tornarse trastorno y problema según la frecuencia y lo extremo que pueda resultar esta acción.

Esto sucede cuando hay conductas agresivas con la otra persona, cuando se da dolor cuando el otro no está nada conforme o bien cuando el sadismo domina nuestra vida y es altamente frecuente.

Cuando esta práctica va mucho más allá que el terreno sexual y ya es necesaria en otros estamentos de la vida.

Si esto sucede, es posible que necesitemos entonces tratamiento porque se trata de un trastorno mental que puede curarse pero que puede perjudicarnos a la larga tanto a nosotros como a otras personas.

 


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