El neerlandés Max Verstappen buscará su tercer título seguido en el Mundial de Fórmula Uno, que arranca este fin de semana con el Gran Premio de Baréin y en el que su escudería, Red Bull -para la que junto al mexicano Sergio Pérez también ganó el certamen de constructores- también será el equipo a batir.
Verstappen, de 25 años, que hace dos tuvo que esperar a la última vuelta de la última carrera para destronar al séptuple campeón del mundo inglés Lewis Hamilton (Mercedes), se anotó el pasado Mundial con una autoridad aplastante.
Batió el récord de victorias en una misma temporada (15), ganó con 146 puntos de ventaja sobre el monegasco Charles Leclerc (Ferrari); y junto a ‘Checo’ -tercero en el certamen- logró que Red Bull pusiese fin a la racha más larga en el campeonato de constructores: la de Mercedes, ganadora los ocho años previos.
‘Mad Max’ y Red Bull serán las piezas a batir en un Mundial en el que Ferrari, equipo que se tuvo que conformar con ambos subcampeonatos y con el que Carlos Sainz, de 28 años, logró la pasada campaña su primera victoria en la categoría reina (en Silverstone, la pista inglesa que albergó, en 1950, la primera carrera de la historia de la Fórmula Uno) desea volver a ganar un campeonato que no festeja desde 2007: cuando lo logró por última vez para la ‘Scuderia’ el finlandés Kimi Raikkonen.
Mercedes aspira, al menos, a volver a parecerse a lo que fue; pero visto lo visto en los test de pretemporada, que tuvieron lugar la pasada semana en circuito de Sakhir -en las afueras de Manama, la capital de Baréin-, donde este viernes arrancarán los entrenamientos para la primera de las 23 carreras del año, Verstappen parte de nuevo como gran favorito.
Antes del pasado Mundial, la joven estrella neerlandesa y Red Bull -que seguirá tres años más con motor Honda, antes de cambiar a Ford- anunciaron la prolongación de su unión contractual hasta al menos 2026, por lo que está claro que la escudería austriaca aspira a repetir o incluso mejorar el cuatrienio glorioso (2010-13) en el que festejó cuatro ‘dobletes’ (título de pilotos y constructores en un mismo año), liderada por el alemán Sebastian Vettel; retirado al final del pasado curso y cuyo asiento en Aston Martin ocupará a partir de éste el español Fernando Alonso, que a los 41 años vive una segunda juventud.
Verstappen encabezó con su RB23 la tabla de tiempos del primer día de ensayos y se quedó a nada del crono (no del todo significativo) del chino Guanyu Zhou (Alfa Romeo) en la segunda; mientras que el mexicano ‘Checo’ Pérez -de 33 años, con cuatro triunfos y 26 podios en la F1- firmó la vuelta rápida el pasado sábado, en la tercera y última jornada de los test de pretemporada. De los que salió ilusionado con su nuevo Aston Martin -con motor Mercedes- Alonso.
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El doble campeón mundial asturiano -cuyo nuevo compañero, el canadiense Lance Stroll, no rodó con el AMR23 durante la pretemporada, lesionado tras caerse de una bicicleta– se quedó a sólo 29 milésimas de Verstappen el primer día; y demostró gran consistencia durante las simulaciones de carrera, por lo que hay quienes apuntan a Aston Martin -séptimo equipo el año pasado- como posible gran revelación de la campaña.
Tanto Alonso -que cuenta 32 victorias y 98 podios en la F1- como Sainz, que aparte de ganar en Silverstone elevó a quince su nómina de cajones en la división de honor, tendrán nuevo jefe de equipo. El piloto madrileño, al francés Fréderic Vasseur -que coincidió con Leclerc en Sauber-, sustituto en Ferrari del ítalo-suizo Mattia Binotto; el genio astur, al luxemburgués Mike Krack.
Si Stroll no se recuperase a tiempo, Aston Martin ya anunció que será el brasileño Felipe Drugovich, ganador de la F2 y probador de la escudería -que ya rodó en los test de la pasada semana-, se subirá al monoplaza verde este fin de semana.
De esta manera, Drugovich se uniría en Baréin a los tres debutantes ‘oficiales’ de la temporada: el neerlandés Nyck De Vries (Alpha Tauri) -aunque éste disputó una carrera en 2022: fue noveno con un Williams en Monza-; el australiano Oscar Piastri (McLaren) y el estadounidense Logan Sargeant (Williams).
Sargeant servirá de reclamo adicional en los Estados Unidos, donde la F1 apuesta de forma clara por su expansión; y, aparte del tradicional Gran Premio que lleva el nombre del país (en Austin, Texas) y el de Miami (Florida), estrenado el año pasado; esta temporada debuta como Gran Premio el de Las Vegas (Nevada). Que en su día ya fue sede del GP de EEUU y que albergará la penúltima carrera de un Mundial que se cerrará el próximo 26 de noviembre en Abu Dabi.
En total serán 23 pruebas, entre ellas el Gran Premio de España (en el circuito barcelonés de Montmeló), el próximo 4 de junio; y el de México, en el Autódromo Hermanos Rodríguez de Ciudad de México, el 29 de octubre.
La septuagésima cuarta edición del Mundial de F1 arranca en Baréin; un país en el que el año pasado Sainz acabó segundo; donde Alonso ha ganado tres veces (en 2005 y 2006, las campañas de sus títulos; y en 2010); y donde ‘Checo’ festejó la primera de sus cuatro victorias; a finales de 2020, cuando Sakhir ‘dobló’ para configurar el calendario del complicado Mundial de la pandemia del covid-19.
En la pista baireiní, de 5.412 metros y 15 curvas, que debutó en el Mundial de F1 en 2004 -y en la que un año después instaló el récord de vuelta el español Pedro de la Rosa, nuevo embajador de Aston Martin- se rodará a partir del viernes con neumáticos de compuestos C1 (duro, reconocible por la raya blanca), C2 (medio, raya amarilla) y C3 (blando, roja).
Los entrenamientos se completarán el sábado, horas antes de la calificación; que ordenará la parrilla de salida de la carrera dominical. Prevista a 57 vueltas para completar 308,2 kilómetros.