Todos querrían a un Raúl García en su equipo


Raúl García vuelve a estar en el centro de la polémica tras el penalti que provocó contra el Granada. ¿Era falta previa del propio Raúl? Sí. ¿Es un penalti de los que te cabrean si te lo pitan en contra? Claro. Pero… ¿empuja Duarte a Raúl? Sin ningún tipo de duda. Y calibrar la fuerza del empujón, viéndolo desde fuera, es imposible. Es una acción susceptible de ser señalada como penalti.



Aquí entra en escena una cierta hipocresía de los que critican porque cualquiera querría tener en su club a un jugador del perfil de Raúl García. Y no saco de esa hipocresía a aficionados del Athletic que señalan a otros futbolistas de similares características, pero de otros conjuntos. Ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Es un rol necesario en todos los equipos y no le resta ni un ápice de calidad al jugador. A ver si es que Xabi Alonso o Busquets repartían caramelos. Reparten, en el caso del barcelonista. O Karpin, por retroceder un poco más en el tiempo.

Raúl es el malo de la película cuando actúa como visitante. Sin embargo, es idolatrado en los equipos que ha jugado. Alguien debería pararse a pensar por qué es un héroe para tres aficiones tan distintas como son las de Osasuna, Atlético y Athletic.

El navarro siempre intenta sacar el máximo para los colores que defiende. Jugar al límite del reglamento es un elogio. Significa aprovechar todos los resquicios posibles para tu beneficio. El problema está en jugar fuera de lo que permiten las normas. Y eso Raúl no lo hace.


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