La Real disputa hoy su encuentro más importante del siglo, quizá de los últimos 33 años y lo hace con una confianza ciega en una generación
privilegiada de jugadores y en su filosofía única de juego, valiente, vertical, vistoso. Se trata de una final de Copa que concentra todos los ingredientes para hacerla única en la historia, imborrable para el aficionado: ante el Athletic, tras un año de espera y sin público en las gradas por un virus planetario en pleno Sábado de Gloria en Sevilla. Es el momento anhelado por varias generaciones de realistas que han padecido los sinsabores del infierno con el descenso, pero nunca la plenitud de la gloria en forma de títulos. Los jugadores saben que son protagonistas de un momento único y todos quieren ser inmortales. Casi como si de un milagro se tratara, esa enfermería tan atestada en el partido ante el Barcelona, con ocho jugadores ocupándola, está ahora vacía, con un único inquilino: Luca
Sangalli.
Real sin bajas, ¡milagro!
En la antevíspera de la gran cita, de la madre de todas las batallas, Imanol pudo disponer de toda su plantilla en Zubieta, incluidos Moyá, Merino, mimado cual orquídea durante semana y media de dolores lumbares, y los dos internacionales más rezagados, Isak y Oyarzabal. Esto quiere decir que el entrenador acomete el partido sin bajas -con Sangalli no se contaba para todo el curso- y con todos los cracks disponibles. Sólo trabajará con todos en dos sesiones, pero el oriotarra lo habría firmado en estas semanas de cierta zozobra de resultados, con las derrotas ante el Granada y el Barcelona, y de bajón anímico por el cúmulo de lesiones. El técnico puede contar con Merino, Monreal, Aritz, Silva, Zaldua, Zubeldia, Guridi, Moyá y Aihen, que han arrastrado problemas en los últimos tiempos. La motivación y la posibilidad de tocar el cielo son la mejor medicina.
Remiro; Gorosabel, Zubeldia, Le Normand, Monreal; Illarramendi, Merino, Silva; Portu, Isak y Oyarzabal. Éstos pueden ser los 11 elegidos para la gloria, los futuros héroes eternos en caso de triunfo. Las opciones de Zaldua, Aritz, Zubimendi y Januzaj tampoco se pueden desdeñar. Y aun y todo el que en mejor punto físico y de inspiración puede estar es Ander
Barrenetxea. El Athletic tampoco lamenta más bajas que las consabidas de Nolaskoain y Zarraga. Unai Simón, De Marcos, Yeray, Iñigo, Yuri; Berenguer, Dani García o Unai López, Vesga, Muniain; Raúl García y Williams se dejarán la vida por llevarse la Copa a Bilbao. Qué noche, qué tensión.
La Real viajó a Sevilla ayer y se ejercitó en el escenario del encuentro, convencida de que si desarrolla su mejor juego, es superior a su enemigo, su eterno rival, el Athletic. Así lo establecen la clasificación del pasado curso, en la que los txuri urdin quedaron cinco puestos por delante con cinco puntos más, la del presente, en la que superan en 10 unidades a su archienemigo, y los últimos derbis, cinco de los últimos seis ganados por los guipuzcoanos. El 0-1 del pasado 31 de diciembre con gol de Portu es el último precedente. Contra Marcelino, los donostiarras sólo han ganado dos veces de 22; hora de azotar a la ‘bestia negra’.
Hoy es un día para tocar el cielo. Felices sueños, Real.
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