Tres años después de cerrar su etapa en el banquillo de su sobrino, Toni Nadal regresará al circuito profesional de la mano del joven Félix Auger-Aliassime. En una conferencia telemática que tuvo lugar este jueves, el tenista canadiense confirmó que ya trabaja junto al preparador español, alejado de la élite desde que dejase de dirigir a Rafael Nadal en noviembre de 2017. En concreto, Toni Nadal se ha integrado en el cuerpo técnico comandado por el entrenador francés Frédéric Fontang, y ya ejerce en Montecarlo, donde la próxima semana arranca la gira de tierra batida. Será, pues, el primer banco de pruebas oficial para ellos.
“Hablamos hace tiempo y la sensación fue muy positiva. Obviamente, yo he ido siguiendo su trayectoria y también me han llegado muy buenas referencias a través de Rafael”, transmite Nadal a EL PAÍS. “Es un reto atractivo y parece que las piezas encajan. La idea es que trabajemos en Manacor y estar a su lado en los cuatro Grand Slams, así como en algunos Masters 1000 y otras citas importantes”, agrega desde Montecarlo. “La impresión es que es un chico con ganas de crecer y evolucionar, así que en ello estamos. Ahora solo falta que lleguen los resultados”, remata.
Desde que abandonase los banquillos, Nadal, de 60 años, ha ejercido labores de dirección en la academia de su sobrino en Manacor, al tiempo que imparte charlas de motivación y formó parte de la candidatura de Jordi Font para las elecciones del FC Barcelona. No obstante, al margen de la formación no ha perdido el pulso con el circuito profesional y la propuesta de Auger-Aliassime supone un aliciente suficiente como para retornar al primer plano. Tras varios contactos y una toma de contacto más formal el pasado mes de diciembre, cuando el tenista se entrenó durante unos días en Mallorca, el preparador ha decidido aceptar el reto de acompañarle.
“Acabamos de hacer un hacer un muy buen entrenamiento”, cuenta Nadal desde el Principado monegasco. “Bienvenido a bordo”, confirmó Auger-Aliassime a través de una fotografía publicada en sus redes sociales, en la que posan conjuntamente Fontang, él y Nadal, que compaginará la colaboración con la dirección de la Rafa Nadal Academy y del Mallorca Open, el torneo de categoría 250 que se celebra del 19 al 26 de junio en Porto Cristo.
El canadiense, de 20 años y nacido en Montreal, ocupa actualmente el 22º puesto del ranking de la ATP y hace dos años logró escalar hasta el 17º. Se trata de un jugador (1,91 de estatura y unos 82 kilos) caracterizado por la potencia de sus golpes y un físico extraordinario, no exento de creatividad. En las categorías juveniles comenzó a dejar muestras de su potencial cuando triunfó en Roland Garros y el US Open, y en 2015 también conquistó la Copa Davis júnior que se celebró en la Caja Mágica de Madrid. Su destape definitivo, sin embargo, llegaría cuando alcanzó las semifinales de Miami en 2019.
A partir de ahí, su rendimiento ha sido relativamente lineal, confiando en dar un salto cualitativo que podría producirse con la contratación de Nadal. De momento, los octavos del US Open del año pasado y la misma estación del Open de Australia de esta temporada son su tope en los grandes escenarios. Eléctrico en los movimientos y con un margen de progresión muy generoso, aún no ha logrado elevar ningún trofeo en el circuito profesional, pero ya se ha dejado ver en las finales de Río, Lyon, Stuttgart (2019), Róterdam, Marsella, Colonia (2020) y el preparatorio de Melbourne hace tres meses.
“Si nada se tuerce, creo que en los próximos años debería estar entre los mejores del mundo, peleando por los títulos más importantes”, transmite el entrenador. “Tanto a mí como a Rafael nos llamó la atención hace tiempo, y ahora debe hacerse un hueco entre la generación que comandará el tenis la próxima década. Hay jugadores muy buenos, con mucho talento. Él también tiene mucha proyección y por su edad, puede progresar de forma significativa. Eso sí, deberá trabajar mucho para estar ahí”, remata Nadal, de nuevo en la ola de la élite.
“LOS VALORES DE TONI SON IMPORTANTES”
En unas declaraciones concedidas a la web de la ATP, Auger-Aliassime subraya la experiencia de Nadal como clave del vínculo que nace.
“Al final del pasado año me senté con Fred, el resto de mi equipo, mis padres… Me dije que sería bueno estar al lado de alguien que hubiese estado al más alto nivel en nuestro deporte. Alguien que ha estado donde quiero. Planteamos con Toni la posibilidad de ir a Mallorca para conocerlo, entrenar y hablar, así que lo hicimos”, expresa el tenista.
“Desde el primer entrenamiento, el trabajo fue genial. Lo primero es el respeto, la honestidad y la verdad, y Toni pone esos valores sobre la mesa. Son cosas simples, pero cosas que no siempre son fáciles de llevar a cabo. La consistencia en el trabajo, la precisión de mi trabajo, la intensidad que voy a poner… Si puedo repetir eso a un alto nivel creo que pueden ocurrir cosas buenas”, añade.
Tras haber dado los primeros pasos, Auger-Aliassime apunta al medio plazo. “No es que haya una herramienta secreta o una única receta que con chasquear los dedos funcione. Estamos empezando a trabajar juntos y construyendo algo sólido, que me convierta en un mejor jugador, en general. Eso es lo que quiero hacer para alcanzar el nivel más alto del tenis”, concluye.
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