El Tour de Francia 2023 tomó un cariz muy favorable para Jonas Vingegaard (Jumbo Visma) tras la fantástica exhibición del danés en la contrarreloj de la decimosexta etapa, disputada entre Passy y Combloux con un recorrido de 22,4 kilómetros, en la que se alejó en 1.48 minutos en la general a Tadej Pogacar (UAE), mientras que Carlos Rodríguez dejó su tercer puesto en el podio a Adam Yates.
Impresionante paliza de Vingegaard a Pogacar, su máximo y directo rival, marcando el territorio de principio a fin, sin debate y una superioridad que deja encarrilado su segundo Tour. El ciclista nórdico ganó la partida con un tiempo de 32.36 minutos, a una velocidad media de 41,227 kms/hora.
El vuelo de Vingegaard machacó a todos sus oponentes, empezando por Pogacar, quien perdió 1.38 minutos, alejándose en la general a 1.48, un palo tremendo para el esloveno. La tercera plaza fue para Wout Van Aert a 2.51 y la cuarta para el español Pello Bilbao, a 2.55.
En el duelo por el podio la palma se la llevó Adam Yates, quien batió a Carlos Rodríguez por 24 segundos, por lo que el británico es tercero en la general. Hay vida para el granadino, a solo 5 segundos de recuperar el puesto. “Carlitos” no mostró su mejor perfil, pues firmaron mejor actuación que él Bilbao y Jonathan Castroviejo, undécimo.
Sobre un trazado ondulado, al pie de Los Alpes, con dos cotas, la Cascade de Coeur, de 4,1 km de subida sin catalogar, y la Cota de Domancy (2a, 2,5 km, al 9,4) el esfuerzo individual a más de 30 grados puso a prueba a los corredores, un examen, exigente y trascendente para la general y el podio. Cita “clave”, como admitieron la víspera las estrellas de esta emocionante película del Tour 2023, Vingegaard y Pogacar.
La primera referencia significativa fue el tiempo que marcó en meta el campeón de Francia de la especialidad Remy Cavagna, con 35.42 minutos, a 37,6 km/h, registro que tuvo al “TGV de Clermont Ferrand” sentado largo rato en la silla caliente reservada para el ciclista que va marcando el mejor tiempo.
Cavagna, corredor del Movistar a final de temporada, dejó el trono del mejor contrarrelojista provisional a un nuevo inquilino, nada menos que a otro campeón nacional de crono, el belga Wout Van Aert (Jumbo Visma), quien firmó en la meta de Combloux 35.27, un vuelo de 40,939 km/h. Uno de los favoritos a la sala de espera.
A las 16.58 llegó la Hora D de la contrarreloj. Pogacar salió disparado de la rampa de Passy. Maillot blanco, seriedad y tensión reflejada en su figura los momentos previos a la partida. Dos minutos más tarde, a las cinco, hora taurina, y entre gritos de “Vingegaard, Vingegaard” de los seguidores daneses, irrumpió en el asfalto el líder.
Maillot amarillo y la misma cara que su rival, la de máxima tensión, la de los grandes acontecimientos. Un pulso vivido metro a metro, segundo a segundo. Los primeros registros, ya en el km 6, decían que Vingegaard estaba fino y dispuesto a agarrarse al maillot amarillo. Para empezar le colocó 6 segundos a Pogacar.
En el kilómetro 16, a pie de puerto, en la Cota de Domancy (2ª, km 18,9), el danés ya le metía 31 segundos al esloveno, quien gastó 14 en cambiar de bicicleta para la subida final. El líder, un cohete, no se molestó en cambiar de máquina. Sus piernas fueron la tecnología más valiosa para afianzar el maillot amarillo.
Vingegaard, desatado y escuchando los datos desde el coche del director, olió sangre, vio que tenía el Tour a su alcance si aprovechaba la debilidad de Pogacar y dio todo lo que tenía hasta meta, donde se evidenció una notable superioridad. Nada menos que 1.38 mejor que su rival, lejos de su mejor día.
En esa subida recuperó algo de tiempo Carlos Rodríguez. A pie de puerto perdía 11 segundos con Adam Yates y en la meta le regaló al británico 7. Nada grave, quedan etapas trascendentes de montaña, como la de este miércoles con el Col de Loze de juez. Cita para recuperar el podio, y para que Vingegaard y Pogacar se vuelvan a pelear, ahora con el danés como patrón del Tour. El reloj le dio la razón.
Este miércoles el Tour sale de Los Alpes con otra interesante etapa de montaña, la decimoséptima, entre Saint-Gervais Mont Blanc y Courchevel. Etapa temida por el último puerto, el Col de la Loze, de categoría especial, interminable, de 28,4 km al 6 por ciento, con la cima a 2.304 metros de altitud y a 7 km de meta.
Un puerto considerado como el más duro de la presente edición donde los favoritos han marcado la cita en rojo. Antes, el Col des Saisies (1a, 13,5 km al 5,1), el Cormet de Roselend (1a, 20 km al 6) y la Cota de Longefoy (2a, 6,7 km al 7,5).
(Con información de EFE)
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