Federico Blanco, investigador principal del servicio de principios y derechos fundamentales en el trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), compartió en ‘Aristegui en Vivo‘ algunos de los hallazgos más relevantes del recién publicado informe ‘Ganancias y Pobreza: Aspectos Económicos del Trabajo Forzoso’ de la OIT, en el que se destaca la preocupante cifra de 236 mil millones de dólares como las ganancias ilegales promedio que deja cada año el trabajo forzoso.
“Esto es una cifra astronómica, la cual se traduce en una ganancia promedio por víctima de aproximadamente 10 mil dólares“, destacó en enlace Blanco, quien aseveró que este incremento en ganancias se encuentra “en el corazón de la existencia del trabajo forzoso” y es la principal razón por la que las organizaciones criminales siguen acudiendo a este tipo de explotación que vulnera los derechos humanos de las personas, ya que estas cifras son solo un reflejo que representan problemas más profundos como los salarios y recursos que resultan en vidas humanas que son “robadas” a los trabajadores, generando afectaciones individuales, familiares y comunitarias.
Para los gobiernos estas ganancias representan una perdida en impuestos, afectando muchas de las políticas de desarrollo de los países, incluyendo las necesarias para erradicar el trabajo forzosos […] También fortalecen las redes criminales, favorecen la corrupción y ponen en peligro la aplicación de la ley.
En cuanto a la realización del estudio para llegar a estos resultados, añadió que las estimaciones de trabajo forzoso publicadas en 2021, a partir de las que parte la metodología de recuperación de información, reflejan que es un problema existente en todas las regiones del mundo, y su principal hallazgo es la cuantificación de los beneficios ilegales que produce.
“Ya se había hecho un informe similar en 2014 y tras una década hemos encontrado que las ganancias han aumentado en 64 mil millones de dólares. 37% más con respecto a 2014″, destacó, al tiempo que enlistó los dos factores que han favorecido esta tendencia en crecimiento:
1. El número de víctimas en la economía privada se aumentó en 27%, de 12.7 millones a 23.6 millones.
2. La ganancia robada o extraída por víctima ha aumentado un 21%.
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Respecto a la repartición a nivel global compartió que las ganancias en su mayoría se registran en Europa y Asia Central con 84 mil millones, seguido de Asía y Pacífico con 62 mil millones, Américas con 52 mil millones y finalmente África y Países Árabes.
Sobre los sectores en que se da mayormente este trabajo forzoso, Blanco lamentó que, a pesar de que las víctimas de explotación sexual comercial forzosa solo cuentan como el 27% de todas las víctimas en trabajo forzoso, generan el 73% de estas ganancias ilícitas; 173 mil millones de dólares anuales, un “resultado apabullante y preocupante ya que el 73% de estas ganancias se están generando con la explotación sexual de una gran cantidad de principalmente mujeres y niñas”.
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La población migrante es otra de las principales víctimas encontradas en este tipo de explotación, ya que se aprovechan de su situación para el cobro de tarifas de reclutamiento que tiene que pagar, las cuales equivalen al 15% de todas las ganancias ilegales provenientes del trabajo forzoso entre migrantes internacionales, por lo que este sector de la población debería constituir un foco de atención prioritario en la creación de políticas públicas específicas.
El trabajo doméstico es otro sector altamente vulnerado destacado por Blanco, ya que muchas veces es aislado del foco de inspección laboral y “al interior del hogar se cometen crímenes de trabajos forzosos” que suelen ser invisibilizados por la sociedad y desatendidos por la ley y los gobiernos.
“El mensaje del informe es claro: necesitamos aplicar la ley para parar de raíz las ganancias del trabajo forzoso que son las que contribuyen a fortalecer las redes criminales que se dedican a esto. Por otra parte se deben abordar las causas fundamentales por las que las víctimas son vulnerables. Tener información confiable, buenos servicios de reclutamiento, la posibilidad de canalizar quejas ante autoridades, tener protección y asistencia oportuna para no caer en estas formas de explotación extremas que van en aumento y son comunes”, fue su respuesta al ser cuestionado sobre qué se puede hacer para disminuir los alarmantes números.
Ve la entrevista completa aquí:
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