El base Trae
Young, con 39 puntos, siete rebotes y tres recuperaciones de balón, hizo posible otra nueva remontada de los Hawks, esta vez de 26 tantos ante los Philadelphia 76ers, en el quinto partido de las semifinales de la Conferencia Este, que ganaron a domicilio por 106-109.
“Seguimos luchando sin importar cuál fuera el marcador. Estoy orgulloso de este equipo“, declaró Young, que está a un triunfo más de poner a los Hawks en las finales por primera vez desde el 2015. “Tenemos confianza el uno en el otro. Todos amamos la compañía del otro y se nota en la cancha. Nunca dejamos de creer hasta que suena el timbre final“.
Eso fue lo que hicieron de nuevo ante unos Sixers que no pudieron dar crédito a lo sucedido cuando mantuvieron durante el tercer periodo 26 puntos de ventaja.
“Solo estaba mostrando amor a los aficionados de Atlanta que se presentaron en Filadelfia para ver el partido”, comentó Young sobre la manera como el equipo les respondió en el campo. “Vamos a necesitar que también se presenten el viernes con nosotros para el sexto partido“.
Ahora, los Hawks, de nuevo, por segunda vez, tienen la ventaja de campo y la confianza de que pueden lograr el gran objetivo de llegar a las finales de la Conferencia Este.
“Si no crees, tienes que creer ahora”, declaró el entrenador interino de los Hawks, Nate McMillan. “”Sabíamos lo que teníamos que hacer y teníamos que hacerlo a toda prisa. No nos rendimos“.
Todo lo contrario de lo que les sucedió a los Sixers, quienes admitieron que como equipo se confiaron demasiado, se olvidaron de que el partido no había concluido y ellos mismos fueron sus peores enemigos, a pesar de que el pívot camerunés Joel Embiid aportó 39 puntos y el escolta Seth Curry llegó a los 36 tantos, su mejor marca como profesional en los playoffs.
Pero, sin embargo, ambos fueron los dos únicos jugadores de los Sixers que anotaron canastas en la segunda mitad. “No hay mucho que decir, las estadísticas hablan por si solas y la única explicación es que nos sentimos demasiado cómodos“, declaró el base australiano Ben Simmons. “No jugamos como deberíamos jugar”, añadió,
Por su parte, el entrenador de los Sixers, Doc Rivers, reconoció que todos habían sido culpables del colapso que sufrió el equipo y ahora, agregó, lo único que se podía hacer era jugar el mejor baloncesto en el sexto partido, el viernes, en Atlanta, y luego regresar a Philly.
“No es el momento de reproches. Hay analizar qué fue lo que no hicimos bien cada uno de nosotros y estar preparados para el siguiente partido”, comentó Rivers. “Demostramos que cuando hacemos bien las cosas somos un equipo ganador, de ahí que los errores fueron nuestros”.
Rivers admitió que con todo controlado hasta el tercer periodo, el equipo se confió “demasiado” y los Hawks, que no tenían nada que perder, jugaron su mejor baloncesto en todas las facetas.
“Nos superaron en todas las facetas del juego, pero la clave fue que perdimos la concentración defensiva“, subrayó Rivers. “Ahora es el momento de reaccionar y buscar la victoria que necesitamos si queremos seguir adelante”.
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