Si hay una muerte trágica dentro de la familia real y que se siga recordando a día de hoy esa es la de Lady Di. Un 31 de agosto de 1997, la joven Princesa, perdía la vida junto a su pareja Dodi Al Fayed, hijo del multimillonario empresario dueño de los almacenes Harrods. Una noticia que paralizó por completo el mundo entero, ya que no daban crédito de que Diana de Spencer, la princesa de Gales había fallecido en un trágico accidente automovilístico en el Puente del Alma en París a los 36 años. Aquel día, y las semanas siguientes la monarquía inglesa vivió sus horas más bajas por la frialdad con la que los Windsor reaccionaron ante el fallecimiento de la princesa del pueblo.
Años después se sigue recordando a la que fue mujer del príncipe Carlos de Inglaterra y no solo por convertirse en un icono de estilo sino por su labor humanitaria que ha dejado huella en todo el mundo. A esta terrible lista se tiene que añadir también la muerte de Grace Kelly, madre de Carolina, Alberto y Estefanía de Mónaco. Sin duda, otro de los secretos de la familia Grimaldi, ya que se especularon diferentes teorías sobre el fallecimiento de la reconocida actriz de cine.
Todo ocurrió un 14 de septiembre de 1982 cuando circulaban por una carretera cercana a Mónaco que aparece en la película Atrapa a un ladrón (protagonizada por la mismísima Grace Kelly y Grant), cuando se produjo una presunta discusión entre Grace Kelly y su hija Estefanía de Mónaco (que por aquel entonces era menor). El coche se precipitó por un barranco lo que provocó graves heridas a la intérprete haciéndo que perdiera la vida tan solo un día después, el 15 de septiembre.
Ocho años y 19 días más tarde, la vida de Carolina de Mónaco volvió a sufrir un duro revés, ya que el amor de su vida, Stefano Casiraghi perdía la vida en las aguas de Saint-Jean-Cap-Ferrat entre Cannes, Montecarlo y Niza. Un 3 de octubre mientras defendía su título de campeón mundial de offshore clase I, se vió sorprendido por el temporal que ya auguraba aquella mañana al presentar cielos nubosos.
La embarcación lideraba la carrera y Casiraghi inyectó más potencia. La Pinot de Pinot (lancha en la que iba) comenzó a reotar contra las olas lo que provocó un accidente fatal y una muerte instantánea para el marido de Carolina de Mónaco.