La Casa Blanca insistió el miércoles en que no tiene intención de “cooperar” con la investigación abierta por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que solicitó al poder ejecutivo la entrega de documentos relacionados con la investigación de la llamada trama rusa.
“De hecho, la Casa Blanca no va a cooperar con este tipo de hostigamiento presidencial”, declaró un alto funcionario de la Casa Blanca que quiso mantener el anonimato durante una rueda de prensa telefónica.
La reacción del gobierno del presidente Donald Trump se produce después de que el jefe del Comité Judicial de la Cámara Baja, el demócrata Jerrold Nadler, enviara una carta a la Casa Blanca reclamando la entrega de documentos que, según cree, podrían arrojar luz sobre la investigación llevada a cabo por el fiscal especial, Robert Mueller.
El abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, mandó el miércoles a ese comité una misiva de 12 páginas rechazando la solicitud, confirmó el alto funcionario.
En la carta Cipollone se aferra a dos argumentos para justificar la negativa del Ejecutivo: Por un lado, pone en duda que Nadler tenga la autoridad para llevar a cabo semejante investigación y, por otro, pone en duda los motivos esgrimidos por el demócrata.
“El problema es que al presidente del comité no le gusta el resultado de la investigación (…) Y esta carta le pide a Nadler que se replantee todo esto otra vez, y que no actúe solo porque no le gusta el resultado de la investigación”, señaló el funcionario.
Respecto a la autoridad del demócrata, el funcionario de la Casa Blanca señaló que Nadler no tiene derecho a solicitar que se le entreguen transcripciones de las conversaciones de Trump “con otros jefes de Estado”, puesto que de hacerlo el mandatario vería coartado su derecho a la confidencialidad.
El 22 de marzo Mueller dio por terminada la investigación sobre los supuestos vínculos entre el equipo electoral de Trump y Rusia en la campaña para las elecciones de 2016, y a mediados de abril el fiscal general William Barr envió una versión censurada con numerosas tachaduras del informe del fiscal especial al Congreso.
En el informe Mueller establece que no halló pruebas sobre una supuesta conspiración entre el equipo de Trump y Moscú para influir en los comicios de 2016, pero arroja dudas sobre una posible obstrucción a la Justicia del presidente.
Los legisladores demócratas reclaman tener acceso al contenido completo del informe, algo a lo que se opone el poder ejecutivo, por lo que han optado por iniciar una investigación propia.
Trump reaccionó el mes pasado que se opondría a cualquier citación de sus asesores ante la Cámara de Representantes.