Una jueza federal estadounidense falló este miércoles que Paul Manafort, el exjefe de campaña del ahora presidente, Donald Trump, mintió a los fiscales que investigan la trama rusa tras haber llegado a un acuerdo con ellos para cooperar a cambio de una condena reducida.
Los fiscales que trabajan para Robert Mueller pusieron a finales de noviembre en conocimiento de la jueza Amy Berman Jackson, que tramita la causa contra Manafort, las “mentiras” sobre “una variedad de temas” que, a su entender, el exjefe de campaña de Trump les había dicho.
Aunque Manafort negó haber mentido, Jackson consideró probado que lo hizo en tres de los cinco ámbitos en los que los fiscales le acusaban.
La jueza dijo que tendrá en cuenta las mentiras de Manafort para la sentencia en su contra que dictará de aquí un mes, el 13 de marzo.
Manafort fue hallado culpable de ocho delitos, incluyendo fraude fiscal y bancario, el año pasado en un juicio en el estado de Virginia y después se declaró culpable de otros dos cargos en relación a delitos financieros ante la jueza Jackson.
Con el acuerdo de cooperación con la investigación de Mueller, Manafort, que tiene 69 años, esperaba recibir una condena no superior a los 10 años de cárcel por los delitos de fraude de los que se declaró culpable.
Según la jueza, Manafort mintió a los fiscales sobre su relación con su socio Konstantin Kilimnik, con supuestos nexos con la inteligencia rusa; sobre un pago que recibió a través de un comité político de Trump; y sobre otra una investigación en curso del Departamento de Justicia que no divulgó.
Manafort trabajó entre 2006 y 2017 para gobiernos extranjeros sin comunicárselo al Ejecutivo de Estados Unidos ni cotizar al erario público, como dicta la ley.
De hecho, Manafort tuvo que dimitir como jefe de campaña de Trump tras descubrirse que había ocultado a las autoridades un pago de 12,7 millones de dólares que recibió por asesorar al depuesto presidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014).
Mueller y sus fiscales investigan la supuesta injerencia del Kremlin en los comicios presidenciales de 2016, así como los posibles contactos entre miembros de la campaña de Trump y funcionarios rusos.
Aunque el proceso contra Manafort es producto de la investigación de Mueller, no está relacionado con las actividades que desempeñó como jefe de la campaña de Trump.