EL PASO, Texas — Una joven salvadoreña transgénero que había solicitado asilo en Estados Unidos murió pocos días después de que fue liberada de un centro de detención en el que, según activistas, los migrantes son maltratados.
Activistas aseguran que el deceso es un nuevo ejemplo de la mala atención que reciben los migrantes transgénero mientras están detenidos. El fallecimiento de Johana Medina León, de 25 años, se suma al de Roxsanna Hernández, una mujer transgénero hondureña de 33 años, cuyo deceso mientras estaba detenida en 2018 causó una oleada de protestas y llamados a una investigación. Hernández falleció de una rara infección que se le desarrolló rápidamente a causa del sida, según el reporte de autopsia publicado en abril.
Los grupos Santa Fe Dreamers Project, Las Americas Immigrant Advocacy Center y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus iniciales en inglés) de Nuevo México han enviado cartas a distintos funcionarios del gobierno para pedir que investiguen el tema.
“La trágica muerte de Johana subraya la insensatez y crueldad de las políticas de detención de migrantes y solicitantes de asilo del gobierno actual”, dijo Kristin Greer Love, abogada de la ACLU, en un comunicado.
Medina León era originaria de El Salvador y falleció el sábado en un hospital de El Paso, señaló la portavoz del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés), Leticia Zamarripa.
Aún se desconoce la causa de muerte.
Medina León pidió asilo en un cruce fronterizo el 11 de abril y luego fue enviada a un centro de detención del ICE en Chaparral, Nuevo México, en donde según varios grupos activistas, los detenidos homosexuales y transgénero reciben asistencia médica deficiente y son víctimas de maltrato.
El 18 de mayo, un agente de asilo determinó que ella tenía miedo creíble de regresar a su país, una de las primeras etapas de un proceso de asilo que suele tomar varios años. Por lo general, las personas transgénero sufren de discriminación por parte de la policía y del ejército en El Salvador, según un estudio publicado en 2017 por el Georgetown Law Human Rights Institute.
Diez días después, Medina León se quejó de dolores en el pecho y fue enviada a un hospital en El Paso. El ICE la dejó en libertad ese mismo día.
“Este es tan sólo otro desafortunado ejemplo de un extranjero que ingresa a Estados Unidos con una afección médica desatendida y no controlada”, dijo Corey A. Price, director de campo de la Oficina de Operaciones de Vigilancia y Remoción del ICE, en un comunicado. Price opera desde El Paso.
El ICE ha enfrentado desde hace varios años fuertes críticas por la salud de sus detenidos. La agencia ha reportado cinco decesos en custodia desde octubre pasado.
Pero la agencia afirma que está comprometida a brindar atención médica a todo aquel en custodia. Señaló que cada año gasta $250 millones en servicios de salud para sus detenidos, incluyendo revisiones de salud médica, dental y psiquiátrica dentro de las primeras 12 horas de la llegada de los migrantes, además de brindar tratamientos de emergencia las 24 horas del día.