Si a Vettel le hubieran dicho este sábado, cuando se vio superado por novena vez este año en clasificación por su compañero y poleman en Singapur
Charles
Leclerc, que un día después celebraría su primera victoria del curso, posiblemente no lo hubiera creído. De hecho, lo sucedido este domingo en el Circuito de Marina Bay no lo esperaban ni en el muro de Ferrari.
Todo, fruto de una estrategia controvertida que terminó por salirle a la perfección al equipo italiano, conquistando un doblete con Sebastian como ganador e ‘Il Principino’ en segunda posición, pero que tuvo como principal damnificado a Leclerc. Fuegos de artificio de celebración en Ferrari, pero inicio de ‘incendio’ también en su box: con su estrategia le quitaron el triunfo a un Charles que no entendía nada, en detrimento de un Vettel que, de forma sigilosa, sin hacer ruido, y como buen ‘perro viejo’ que es, aprovechó el lío que el equipo le hizo a Leclerc para encontrarse con un triunfo que necesitaba como agua de mayo.
Así queda la clasificación del Mundial de F1 2019 (+)
Vettel no ganaba desde hace más de un año, concretamente, desde el 26 de agosto de 2018 en Spa. Ha llovido mucho desde aquel GP de Bélgica. Entre medio, tiró el pasado título con sus errores, perdió la confianza en su pilotaje y por último, este año, el liderato del equipo ante un Charles imparable. Pero sabía que su momento podía llegar. Aceptó sus fallos y, agazapado, esperó la oportunidad que este domingo le brindó su propio conjunto sin quererlo.
Ferrari gana, pero Leclerc pierde
Tras una salida limpia en cabeza, Leclerc parecía tenerlo todo controlado. Cerebral, racional, capaz de saber liderar la carrera sin llevarse por sus impulsos, Charles rodaba pensando en guardar neumáticos aunque eso conllevara tener a Hamilton respirándole en la nuca. Volvió a demostrar control y temple en un momento de máxima presión. No le interesaba tirar al máximo para mantener el grupo apretado y que Lewis, en caso de querer ir a por el ‘undercut’, se encontrara con problemas en pleno tráfico al regresar a pista de su pit stop. Así, obligaba al líder del Mundial a que probara el ataque alargando su parada, algo que le condenaría.
El piloto de 21 años había encontrado el ritmo clave, consciente de que los muros y la estrechez del Marina Bay jugaban a su favor para que Hamilton no le pasara. Y cuando le pidieron que tirara para preparar su pit stop, lo hizo a la perfección. En la vuelta 16, bajó de un plumazo 8 décimas su crono, demostrando que tenía mucho potencial bajo la manga. Pero en ese instante empezó el lío. Max Verstappen, que rodaba cuarto, paraba al quejarse de problemas de agarre y Ferrari empezó su juego.
Los de Maranello sabían que tenían una buena oportunidad de sacar provecho del ‘bocadillo’ que estaban ejerciendo sobre Lewis. Ralentizándole con Leclerc, pararon a Vettel antes para que el alemán buscara el ‘undercut’ sobre el inglés. En su vuelta de regreso, ‘Seb’ apretó los dientes consciente de que era su oportunidad de pescar algo grande, y se sacó un tiempazo que nadie se esperaba en Ferrari. Mientras, Leclerc fue demasiado lento en su giro extra de neumáticos, posiblemente para frenar a Hamilton y ayudar a que Sebastian pasara al inglés para obtener un sorprendente doblete. O simplemente, porque tenía que haber parado un giro antes. Pero cuando paró Charles, más que de alegría, las caras en el muro de Ferrari era de incomprensión.
Binotto miraba a un lado y a otro con sudores fríos a sus ingenieros. La jugada no les había salido como pensaban y habían hecho que Leclerc saliera pro detrás de Vettel. Seb no ganó una posición. ¡Ganó dos! Eso sí, podían celebrar que la estrategia de Mercedes fue aún peor con Hamilton, alargando su parada a la desesperada, algo que al británico le costó incluso la tercera posición, finalizando cuarto tras Verstappen.
Enfado de Leclerc
Doblete para Ferrari con Hamilton fuera del podio. Suena a las mil maravillas para los italianos, pero en Maranello la tensión era elevada. Leclerc no entendía lo que había sucedido y lanzaba constantes quejas por radio. Sabía que le habían quitado una victoria merecida por su gran vuelta de clasificación y su buen trabajo de equipo. Todo, a la basura por la estrategia. “Mantén la cabeza baja, concéntrate”, le pedían desde el muro a un Charles que se subía por las paredes, impotente ante lo que había ocurrido. “Sí, lo haré. No entiendo el ‘undercu’t, lo hablaremos después de la carrera”, respondía resignado el joven ferrarista.
“No voy a hacer nada estúpido pero creo que no es justo”, añadía poco después, consciente de que su propio equipo le había dejado sin poder igualar un registro que en Ferrari nadie ha logrado desde Schumacher en 2006, el de ganar 3 carreras consecutivas. Todo, ante un Vettel que, por un día, recuperó la sonrisa.
No obstante, Charles terminó callando en público. Abrazó a ‘Seb’ y al escuchar las palabras de Binotto por radio felicitándole por la carrera, ni siquiera respondió. “Estoy muy decepcionado, pero estoy contento por el doblete del equipo”, decía al terminar la carrera antes de debatir lo sucedido de forma interna con la escudería.
Hülkenberg arruina la carrera de Sainz
Carlos Sainz, que arrancaba séptimo en el GP de Singapur, con muchas opciones de llevarse a casa unos muy buenos puntos en una carrera en la que debía tener un buen ritmo, vio como la mala suerte volvía a cebarse con él.
Después de abandonar en Spa por un problema de motor, y en Monza por una rueda mal colocada en su único pit stop de carrera, este domingo, el español vio como todas sus opciones de puntuar se iban al traste al tocarse con Hülkenberg en la salida y pinchar su rueda trasera derecha. El español había arrancado bien, presionando desde muy cerca al Red Bull de Albon para intentar colocarse en la sexta plaza, pero el alemán le tocó por el interior, dejándole fuera de la pelea por los puntos. El madrileño tuvo que entrar a boxes ya en la última posición para poner el neumático duro, ya doblado, con la esperanza de que una carrera loca o la entrada de algún coche de seguridad a pista le permitiera avanzar plazas y optar a terminar la carrera de forma positiva.
Finalmente, fueron tres los coches de seguridad que salieron a pista. No movieron el árbol en cabeza ya que llegaron tras los pit stops de todos los pilotos punteros. Pero sí la zona media, en la que el español lo intentó hasta el final. Al inicio, rodó con problemas en su coche debido al accidente con el alemán, pero se recompuso, remontando desde el último puesto hasta pelear a falta de 7 giros con Grosjean por una undécima plaza de la que se quedó a un abrir y cerrar de ojos, terminando 12º.
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