El movimiento se caracteriza por acciones para evitar que grupos fascistas, racistas y de extrema derecha tengan una plataforma para promover sus puntos de vista.
En el marco de la creciente ola de protestas en Estados Unidos, Donald Trump anunció que declararía a Antifa como una organización terrorista.
En un intento por buscar responsables de las movilizaciones tras la muerte de George Floyd, el mandatario decidió apuntar al grupo de activistas antifascistas de extrema izquierda.
Sin proporcionar ninguna evidencia, el presidente hizo el anuncio a través de un mensaje en Twitter el pasado domingo. Sin embargo, sus críticos señalan que Estados Unidos no cuenta con una ley de terrorismo interno, además de que Antifa no cuenta con una estructura definida o un líder.
El movimiento se caracteriza por llevar a cabo acciones que eviten que grupos fascistas, racistas y de extrema derecha tengan una plataforma para promover sus puntos de vista, argumentando que la demostración pública de esas ideas lleva a atacar a las personas marginadas, incluidas las minorías raciales, las mujeres y los miembros de Comunidad LGBTQ.
Hina Shamsi, directora del Proyecto de Seguridad Nacional de la Unión Americana de Libertades Civiles, dijo a CNN que Trump no tiene autoridad legal para designar un grupo doméstico como organización terrorista.
“El terrorismo es una etiqueta inherentemente política, fácilmente abusable y mal utilizada. No existe una autoridad legal para designar un grupo doméstico. Cualquier designación de este tipo generaría importantes preocupaciones sobre el debido proceso y la Primera Enmienda”, aseguró.
Foto: Reuters
La declaración del presidente tuvo lugar luego de que algunos funcionarios señalaron a grupos externos como los supremacistas blancos, de estar inmersos en las protestas.
“Ahora nos enfrentamos a supremacistas blancos, miembros del crimen organizado, instigadores fuera del estado y posiblemente incluso actores extranjeros para destruir y desestabilizar nuestra ciudad y nuestra región”, tuiteó el sábado el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey.