Fue bastante diferente del “¡Amo WikiLeaks!”.
La declaración del jueves del presidente Donald Trump de “no sé nada sobre WikiLeaks” después de que su desaliñado fundador Julian Assange fue sacado de la embajada ecuatoriana en Londres para enfrentar cargos, contrastó fuertemente con los elogios que Trump mostró noche tras noche en las últimas semanas de la campaña presidencial de 2016 hacia la organización.
Al preguntarle sobre el arresto del jueves, Trump dijo en la Casa Blanca: “No es asunto mío. Sé que tiene algo que ver con Julian Assange. He visto lo que ha sucedido con Assange y eso será una resolución, me imagino, en gran parte del fiscal general, quien hace un trabajo excelente. Así que él dará una resolución. En realidad, no sé nada sobre él”.
“No es mi asunto en la vida”, añadió.
Sin embargo, WikiLeaks sí fue asunto de Trump cuando recibió con agrado el impulso político que tuvo su campaña cuando se filtraron emails de su rival demócrata Hillary Clinton en 2016.
El mismo día de octubre que se conoció un video de “Access Hollywood”, donde se revelaba que en 2005 Trump alardeaba sobre manosear a mujeres, WikiLeaks comenzó a difundir correos electrónicos de John Podesta, el jefe de campaña de Clinton.
El republicano y sus aliados, enfrentando una dura batalla en el último mes en campaña, se aprovecharon de las filtraciones ilegales y las capitalizaron.
“WikiLeaks, amo WikiLeaks”, dijo Trump en Pensilvania.
“WikiLeaks es como el cofre de un tesoro”, dijo Trump en Michigan.
“Amo leer WikiLeaks” Trump dijo en Ohio.
En total, Trump elogió WikiLeaks más de 100 veces.
Había un póster de Assange en un salón de debates del republicano. En ningún momento durante la campaña, Trump expresó recelo sobre cómo WikiLeaks obtuvo los correos de Clinton o sobre las acusaciones de que robó información delicada del gobierno de Estados Unidos, que llevó al arresto de Assange el jueves.
Assange lleva años bajo escrutinio del Departamento de Justicia de Estados Unidos por la participación de WikiLeaks en la publicación de secretos de estado. Ha sido un personaje importante para la investigación sobre Rusia del fiscal especial Robert Mueller, al examinar los investigadores cómo WikiLeaks obtuvo los correos robados de grupos demócratas.
Cuando se le preguntó sobre Assange en 2017, Trump dijo que “no apoyaba o apoyaba” la decisión de WikiLeaks de difundir correos electrónicos filtrados y que no se involucraría en ninguna decisión del gobierno estadounidense para arrestar a Assange.
“No estoy involucrado en esa decisión”, dijo Trump a The Associated Press en aquel entonces sobre el arresto de Assange. “Pero si quieren hacerlo, está OK por mí”.
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