El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se distanció este jueves de los ataques ocurridos el miércoles en el Capitolio de la nación, y aseguró que cooperará con una “transición pacífica” hacia la administración del demócrata Joe Biden.
“El Congreso ha certificado los resultados (de las elecciones) y la nueva administración se inaugurará el 20 de enero. Mi enfoque ahora se centra en asegurar una transición de poder ordenada y sin problemas”, dijo el mandatario en un video publicado en su cuenta de Twitter.
Trump, además, condenó los violentos ataques del miércoles.
“Estados Unidos es y debe ser siempre una nación de ley y orden, los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia estadounidense. Quienes participaron en actos de violencia y destrucción no representan a nuestro país. Y a los que violaron la ley, van a pagar. Acabamos de pasar por una elección intensa y las emociones son altas, pero ahora los ánimos deben enfriarse y restablecerse la calma”, agregó.
Más temprano en la jornada, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, afirmó que “aquellos que asediaron violentamente” el Capitolio de Estados Unidos son lo “opuesto” a todo lo que “defiende” el gobierno de Donald Trump.
La vocera del poder ejecutivo agradeció a las fuerzas del orden y se desmarcó de quienes irrumpieron en el Congreso, llamándolos “manifestantes violentos” y dijo que trabajan en una transición pacífica del poder.
“Aquellos que asediaron violentamente nuestro Capitolio son lo opuesto a todo lo que esta administración defiende”, dijo McEnany en una breve declaración a la prensa.
“La violencia que vimos ayer (miércoles) en el Capitolio de nuestra nación fue terrible, reprobable y contraria a la manera estadounidense. La condenamos, el presidente y esta administración, en los términos más enérgicos posibles”, indicó McEnanny.
El miércoles cientos de seguidores del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, irrumpieron en el Capitolio durante una sesión conjunta de ambas cámaras, cuando iban a contar los votos del Colegio Electoral y ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios presidenciales del 3 de noviembre. Estos actos violentos cobraron la vida de cuatro personas.
Durante la jornada del miércoles, Trump tuiteó justificando la actitud de sus seguidores y en un momento dado les pidió que fueran “pacíficos”, poco antes de que la red social decidiera suspender temporalmente la cuenta.
Además, Trump, que no ha reconocido su derrota en las elecciones, culpó a su vicepresidente, Mike Pence, que presidía la sesión en el Congreso, del caos generado por no haberse otorgado poderes que no le concede la Constitución para revocar la victoria electoral de Biden durante la sesión legislativa.
McEnany insistió este jueves en que los actos del miércoles “son inaceptables y aquellos que infringieron la ley deberían ser juzgados con el máximo peso de la ley”.
Legisladores estadounidenses prometieron investigar por qué la policía del Capitolio no pudo impedir que una turba ocupara y causara destrozos en el edificio el miércoles, planteándose la posibilidad de que fue por falta de preparación.
“Lo que vimos ayer (miércoles) fue un grupo de alborotadores violentos socavando los derechos de la I Enmienda de la Constitución (que garantiza la libertad de reunión) de los miles que vinieron pacíficamente a alzar sus voces en la capital de la nación”, indicó.
Subrayó que las personas en el Capitolio “están trabajando para garantizar una transición ordenada del poder”.
Tras esos actos violentos, la portavoz de la Casa Blanca hizo un llamamiento a la unión de los estadounidenses: “Ahora es el momento para que Estados Unidos se una para rechazar juntos la violencia que hemos visto”.
“Somos un pueblo estadounidense, ante Dios”, zanjó.