Mostrando una renovada disposición a hacer política con una vena religiosa y racial, el presidente Donald Trump dijo el martes que los judíos estadounidenses que votan por los demócratas muestran “una falta total de conocimiento o una gran deslealtad”.
Sus palabras de inmediato causaron revuelo entre sus detractores, quienes afirmaron que el mandatario maneja a su conveniencia estereotipos antisemitas.
La situación tiene como telón de fondo la disputa del mandatario con las legisladoras demócratas Ilhan Omar, de Minnesota, y Rashida Tlaib, de Michigan, ambas musulmanas.
Trump se ha alineado estrechamente con Israel, incluido su primer ministro conservador Benjamin Netanyahu, mientras que las legisladoras musulmanas han censurado abiertamente el trato de Israel hacia los palestinos.
Tlaib es de origen palestino nacida en Estados Unidos y Omar es oriunda de Somalia.
“¿Dónde está el Partido Demócrata? ¿A dónde han ido a parar cuando defienden a estas dos personas por encima del Estado de Israel?”, declaró Trump ante la prensa en la Oficina Oval.
“Creo que cualquier persona judía que vote por un demócrata, a mi parecer, muestra o una total falta de conocimiento o una gran deslealtad”.
A pedido de Trump, Israel impidió la semana pasada a Omar y Tlaib ingresar en el país. Israel autorizó después que Tlaib efectuara una visita humanitaria a su abuela, que vive en Cisjordania.
Tlaib declinó afirmando que su abuela le pidió no ir en lo que ellas definieron como circunstancias humillantes.
Trump describió a Omar como un “desastre” para los judíos y dijo que no “creía” en las lágrimas que Tlaib derramó el lunes al hablar de la situación.
Ambas legisladoras apoyan al movimiento global Boicot, Desinversiones y Sanciones contra las políticas de Israel.
Las organizaciones judías estadounidenses censuraron de inmediato las declaraciones de Trump.
“Éste es otro ejemplo de que Donald Trump continúa politizando el antisemitismo y utilizándolo como arma”, declaró Halie Soifer, directora ejecutiva del Consejo Demócrata Judío de Estados Unidos.
“En un momento en que los incidentes antisemitas han aumentado —porque el presidente ha envalentonado al nacionalismo blanco—, Trump repite un tropo antisemita”.
Logan Byroff, del grupo progresista pro-Israel J Street, dijo que “no era sorpresa que los ataques engañosos y racistas del presidente contra las mujeres progresistas de color en el Congreso se hayan transformado ahora en difamaciones contra los judíos”.
“Es peligroso y vergonzoso que el presidente Trump ataque a la gran mayoría de la comunidad judía estadounidense considerándola tonta y ‘desleal’”, declaró Bayroff.
Diversos grupos destacaron que desde hace mucho tiempo se ha acusado a los judíos de desleales, incluida Europa en la década de 1930.
Ann Lewis y Mark Mellman, del grupo Mayoría Demócrata Pro Israel, describió la aseveración de Trump como “una de las acusaciones más peligrosas y mortales que los judíos han enfrentado en años. Las acusaciones falsas de deslealtad durante siglos han acarreado masacres, encarcelamientos y torturas a los judíos”.
La Coalición Judía Republicana salió en defensa de Trump argumentando que el presidente se refirió a quienes son desleales a sí mismos, no a Israel.