El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido intervenir para intentar solucionar el embrollo en el que se ha metido el Partido Republicano después de que su ala ultra boicotease este martes el nombramiento de Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes. Que el partido mayoritario no sea capaz de ponerse de acuerdo para nombrar al speaker en primera votación es algo que no ocurría desde hace un siglo y pone en cuestión la capacidad del partido para asumir tareas de Gobierno. Trump ha estado haciendo llamadas y ha puesto un mensaje en su red social, Truth Social, pidiendo el apoyo a McCarthy.
Lo del expresidente no es, ni mucho menos, una llamada a la unidad del partido. Al tiempo que pide elegir a McCarthy, denigra al líder en el Senado, Mitch McConnell, con el que su enfrentamiento es abierto. Pero incluso Trump es consciente del espectáculo de irresponsabilidad y chantaje que están dando algunos representantes ultraconservadores. Con todo, ni siquiera el apoyo del expresidente garantiza a McCarthy que, tras las tres votaciones fallidas de ayer, hoy vaya a ser elegido cuando la Cámara reanude la sesión a mediodía de Washington (las 18.00 en la España peninsular).
En un mensaje lleno de las atronadoras mayúsculas que tanto le gustan, Trump ha escrito: “Anoche tuvieron lugar algunas conversaciones realmente buenas, y ahora es momento de que todos nuestros grandes miembros republicanos de la Cámara de Representantes voten a favor de Kevin [McCarthy], cierren el acuerdo, logren la victoria y vean a la muy loca Nancy Pelosi [anterior presidenta de la Cámara] volar de regreso a casa, a una California muy quebrada”, ha escrito. “Republicanos, no convirtáis un gran triunfo en una gigantesca y vergonzosa derrota. Es hora de celebrar. Os lo merecéis. Kevin McCarthy hará un buen trabajo, y tal vez incluso un gran trabajo. ¡Solo obsérvenlo!”, ha añadido el expresidente.
Lo que Trump llama “un gran triunfo” fue en realidad el peor resultado electoral de un partido en la oposición en los últimos 20 años y buena parte del Partido Republicano le responsabiliza a él mismo, por sus posturas extremistas y su alta implicación en la campaña. Los republicanos lograron solo 222 de los 435 escaños y para elegir al presidente de la Cámara baja, en el supuesto de que todos votasen, haría falta reunir 218 apoyos ―como norma general, el elegido necesita una mayoría absoluta de los que participen en la votación―. El margen es tan estrecho que da fuerza a los congresistas más radicales para imponer sus exigencias y hay una veintena que negaron su apoyo a McCarthy este martes por variadas razones.
Concesiones
Ni siquiera una abstención de los díscolos, que rebajaría el umbral necesario para la elección, sirve como solución, ya que el candidato demócrata contaría con más apoyos en ese supuesto, dada la unidad de sus 212 representantes (el 213º murió después de las elecciones y el puesto está vacante). McCarthy ya hizo concesiones al grupo más radical, entre ellas que basten cinco diputados para instar una moción de censura con la que destituirle como presidente de la Cámara en caso de ser elegido. Pero, con una pésima estrategia negociadora, ni siquiera consiguió atraer un solo voto a cambio de esa y otras cesiones.
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Que Trump, el factor más tóxico para el Partido Republicano desde su entrada en escena, intente ahora ser el muñidor de una solución es toda una paradoja. Trump divide a la sociedad y, últimamente, también al Partido Republicano. Horas antes del mensaje para pedir el apoyo a McCarthy difundía otro para atacar al líder del Senado, Mitch McConnell. “Hay demasiada agitación innecesaria en el Partido Republicano, en gran parte debido a personas como el Viejo Cuervo Roto Mitch McConnell, su ‘esposa’, Coco Chow, que es una vendida a China, y sus aliados RINO [republicanos de boquilla], que se lo ponen difícil a todos los demás por la constante capitulación al Desesperado Joe Biden y los demócratas. El ‘impulso’ de 1,7 billones de dólares del Green New Deal que McConnell y los RINOS entregaron a los demócratas la semana pasada ¡fue un verdadero bajón y una vergüenza para los republicanos!”, ha escrito.
McConnell participa este miércoles en un acto con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para dar el pistoletazo de salida a las inversiones de este año derivadas del plan de infraestructuras que se aprobó el año pasado con el apoyo de congresistas de ambos partidos. Mientras la Cámara de Representantes está bloqueada y los electos ni siquiera han podido jurar sus cargos (pues antes es necesario elegir al presidente), el Senado se constituyó este martes con total normalidad y mayoría demócrata.
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