Trump no es un accidente


El escrutinio avanza en las elecciones estadounidenses, y los dos candidatos, el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, protagonizan una batalla ajustada pero que, con los primeros datos del recuento, muestra una tendencia favorable al republicano. En el Estado decisivo de Florida, Trump se impuso con una ventaja de 3,4 puntos. Se espera que los resultados restantes estén, como muy pronto, el miércoles. Los ojos están puestos en el Rust Belt, los Estados norteños de pasado industrial y hoy en decadencia: Wisconsin y Michigan deberían dar a conocer los votos este miércoles y el recuento en Pensilvania puede extenderse hasta el viernes.

Las urnas han cerrado ya en casi todo el país. De momento, de los Estados disputados donde el escrutinio está avanzado, Biden solo se impone en Arizona, donde lleva una sólida ventaja de 6,5 puntos con el 79% de los votos contados. Nunca en la historia un candidato republicano ha logrado la presidencia sin ganar en Arizona. Este Estado del suroeste, donde la demografía del voto latino se preveía más favorable a los demócratas que en Florida, es hasta ahora la principal, si no la única, buena noticia de la noche para Biden.

La tendencia, por lo demás, es positiva para Trump. Sigue teniendo el demócrata opciones de ganar las elecciones, pero está obligado a imponerse en el Rust Belt, el que fuera el muro demócrata del cinturón industrial del Norte. En Pensilvania el recuento difícilmente concluirá esta noche, pues dispone de tres días más para contar el voto por correo. El Estado, como indicaba el hecho de que los dos candidatos hicieron campaña con particular intensidad en él en los últimos días, ha acaparado y sigue acaparando buena parte de la atención.

El candidato demócrata, Joe Biden, ha hablado desde Wilmington (Delaware) pasada la media noche. Se ha mostrado optimista y ha pedido paciencia al público para esperar a que termine el recuento. “Se va a tardar en contar los votos, pero vamos a ganar en Pensilvania”, ha dicho. “Tenemos que ser pacientes para que acabe el recuento. Seguimos en la pelea en Georgia. Nos sentimos muy bien sobre Wisconsin y Michigan. Creemos que estamos en el camino de la victoria. Vamos a ganar esto. Mantengo la fe”.

Minutos después, el presidente Trump ha lanzado su primer tuit de la noche, en el que ha vuelto a acusar a los demócratas de querer robar las elecciones, un mensaje cargado de peligro ante un escrutinio que se prevé pueda prolongarse durante días. “Vamos muy por delante, pero están intentando robar las elecciones. Nunca les dejaremos hacerlo. ¡Los votos no pueden ser depositados después de que cierren las urnas!”, ha dicho el presidente, en referencia a Pensilvania, donde la Corte Suprema estatal ha permitido que la Junta Electoral reciba las papeletas por correo hasta el viernes, siempre que tengan el matasellos de este martes. Twitter ha añadido una advertencia al mensaje del presidente porque “puede ser engañoso”.

El recuento avanza también en otros de los Estados en disputa. En Ohio, que votó dos veces por Obama antes de elegir a Trump en 2016, el republicano lleva una ventaja de 8,1 puntos con un 89% escrutado. Igual que sucede con Arizona, ningún candidato republicano ha ganado las elecciones sin ganar Ohio. En Carolina del Norte, otro Estado que supondría un valiosísimo botín para los demócratas, el republicano tiene una ventaja de 1,4 puntos con el 95% escrutado. También se impone Trump en Iowa (7,5 puntos de ventaja con el 87% escrutado). Los dos candidatos se han apuntado ya algunos Estados previsibles. Trump se impone en Alabama, Misisipi y Oklahoma, y Biden gana Massachusetts, Nueva York y Delaware. El exvicepresidente también se hace previsiblemente con Virginia, además de California, Washington y Oregon, que suman 74 votos electorales, el colchón de la Costa Oeste de los demócratas.

Joe Biden, líder del Partido Demócrata. En vídeo, Biden sigue apostando por su victoria en las elecciones de Estados Unidos. FOTO: REUTERS / VÍDEO: EPV

Más de 100 millones de votantes, una cifra sin parangón, han ejercido su derecho al voto en las elecciones presidenciales estadounidenses antes de este martes, 3 de noviembre, marcado en rojo en el calendario desde hace cuatro años, día en que los ciudadanos terminarán de decidir quién dirigirá desde la Casa Blanca un país golpeado por la pandemia, sumido en la recesión económica y enfrentado a desafíos colosales. Una campaña marcada por el ruido y la furia, transformada por un virus que ha dejado 231.000 muertos en el país y cuya gestión habrá de ser la prioridad del nuevo presidente, ha llegado a su fin. Después de los de la Costa Este, más Estados irán cerrando sus urnas cada media hora, hasta que Alaska, el último, haga lo propio a la 1.00 del miércoles (también hora de la Costa Este).

Los dos candidatos, el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, ya han votado de manera anticipada. La primera dama, Melania Trump, lo ha hecho esta misma mañana cerca de Mar-a-Lago, Florida, donde la pareja presidencial tiene su residencia. Contagiada de covid-19 hace un mes, la esposa del presidente ha sido la única persona en el colegio electoral que no llevaba mascarilla.

El paisaje de la jornada electoral refleja la excepcionalidad de esta cita con las urnas. Muchas ciudades, como Nueva York, Filadelfia o Washington, han amanecido con tablones de madera protegiendo los escaparates de los comercios, en previsión de que la noche degenere en disturbios, vandalismo y violencia. Por otro lado, algunos de los Estados que acaparan todos los focos por lo ajustado de las proyecciones, como Michigan o Pensilvania, han marcado nuevos máximos de casos de covid.

El mismo martes por la mañana, después de arrojar sospechas de fraude durante toda la campaña, el presidente Trump ha dicho en una entrevista en Fox News que declarará la victoria “cuando la haya, si la hay”, pero ha vaticinado que ganará “por un margen mayor que hace cuatro años”. En los días previos, abundaron las informaciones que indicaban que el presidente estaba dispuesto a proclamarse ganador si el inicio del recuento le mostraba en cabeza. Los sondeos indican que el voto adelantado, disparado por la precaución ante la pandemia, es mayoritariamente demócrata, lo que podría traducirse en una ventaja republicana en el conjunto de las papeletas emitidas este martes, que no se correspondería necesariamente con el sentido del recuento total, que puede tardar días en conocerse.

“Creo que tendremos una victoria”, ha dicho Trump, visiblemente cansado después de un frenético sprint final que le ha llevado a hacer 17 mítines en tres días. “Creo que los sondeos, ya sabe, son sondeos de supresión. Y creo que ganaremos. Pero solo cuando ganemos. Ya sabe, no hay razón para jugar”.

Biden ha estado en Filadelfia y ha visitado, en el mismo Estado de Pensilvania, su localidad natal de Scranton. “Quiero restaurar la decencia y el honor en la Casa Blanca”, ha señalado. Antes, acompañado de su esposa y dos de sus nietos, visitó la tumba de su hijo Beau en Wilmington, Delaware, ciudad en la que reside el candidato y desde la que esta noche seguirá el recuento.

“Mantengan la calma y voten”, ha dicho este martes por la mañana Christopher Krebs, responsable de la seguridad de la infraestructura electoral. “Y después de hoy, mantengan la calma y dejen que recuenten”. También se ha referido a posibles injerencias de Rusia en el proceso que, según la inteligencia estadounidense, se han producido en los últimos meses pero sin resultados significativos. “Aún no estamos fuera de peligro”, ha advertido Krebs.

Se han visto largas colas de votantes en ciudades como Filadelfia y Milwaukee, de los Estados claves de Pensilvania y Wisconsin, respectivamente. En otros territorios disputados, como Carolina del Norte, las altas cifras de voto por correo han dejado este martes imágenes de colegios electorales casi vacíos. También se han visto colas largas en Nueva York y Las Vegas, mientras que la concurrencia durante las primeras horas en ciudades como Miami (Florida) o Atlanta (Georgia) era más moderada.

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