El reciente relevo en la cúpula de la inteligencia estadounidense vino precedido, según fuentes citadas por The Washington Post, de un explosivo enfado del presidente Trump con quien venía ocupando el puesto de manera interina. El miércoles, el presidente anunciaba que Joseph Maguire, al frente de las 17 agencias de inteligencia y espionaje del país, sería sustituido por Richard Grenell, hasta ahora embajador en Berlín y fiel aliado de Trump.
Maguire se convirtió en director interino de la inteligencia nacional el pasado 8 de agosto, tras la dimisión de Daniel Coats. El cargo interino de Maguire expiraba el próximo 12 de marzo, y en la Casa Blanca se le consideraba el candidato favorito a ser nominado para el puesto de manera oficial. Pero sus opciones volaron por los aires la semana pasada, según fuentes anónimas citadas por el Post, durante una reunión con el presidente en el Despacho Oval. Trump estalló contra Maguire, según dichas fuentes, por lo que consideró una deslealtad de una persona de su equipo.
Un aliado republicano contó al presidente que una oficial del equipo de Maguire, Shelby Pierson, encargada de la seguridad de las elecciones, había ofrecido el 13 de febrero una sesión informativa clasificada al Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes sobre la amenaza de una nueva injerencia rusa en las presidenciales de este año. Al presidente le enfureció que hubiera proporcionado al Comité, controlado por los demócratas y presidido por Adam Schiff, azote de Trump durante el impeachment, información que consideraba que podría ayudar al Partido Demócrata en las elecciones. Trump cargó contra Maguire por lo que consideraba una deslealtad de Shelby.
Durante la sesión informativa, según The New York Times, Shelby y otros oficiales advirtieron a los miembros del Comité de Inteligencia de que Moscú estaba ya interfiriendo en la campaña electoral para favorecer la reelección de Trump. Algunos de los congresistas republicanos presentes protestaron, alegando que el presidente había sido duro con Rusia y había reforzado la seguridad.
La decisión de colocar a Grenell al frente de los servicios de inteligencia de manera interina, en lugar de nominarlo para ocupar el cargo de manera permanente, refleja el temor a que pudiera no pasar el proceso de confirmación en el Senado, debido a su escasa experiencia en materia de espionaje. Está previsto que la Casa Blanca anuncie a quién nomina el presidente oficialmente para el cargo antes del 11 de marzo.
Source link