El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suele decir que en la batalla comercial con China es él quien tiene la última palabra, junto con su homólogo chino, Xi Jinping, y no los negociadores. Una afirmación que ha vuelto a demostrar este viernes. El mandatario estadounidense ha aclarado que no hay aún un acuerdo cerrado sobre una eventual retirada de los aranceles impuestos por ambos países durante la guerra comercial y ha asegurado que la contraparte china sabe que se opone a eliminarlos por completo. La opción más probable pasaría por suspender los que entrarán en vigor a partir del 15 de diciembre.
“Quieren que los retiremos”, ha dicho el presidente en declaraciones a la prensa desde la Casa Blanca, “pero no he acordado nada”. La rotundidad de Trump contrasta con el anuncio hecho el jueves por las autoridades chinas, que afirmaron que había un pacto para aliviar los aranceles como parte de la primera fase del acuerdo comercial. “Quieren llegar a un acuerdo más que nosotros”, ha añadido el republicano.
EE UU y China alcanzaron hace cuatro semanas ya un pacto preliminar sobre aquellos temas de la negociación en los que había consenso. Ahora este preacuerdo debe ser sellado por Trump y Xi. El plan era que estamparan su firma este mes, haciendo coincidir la signatura con la cumbre de los países del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), cuya celebración estaba prevista en Chile. La reunión fue cancelada por el presidente chileno, Sebastián Piñera, debido a las protestas que han sacudido el país.
“A China le gustaría algún tipo de retirada”, ha señalado Trump, “no completa porque saben que no lo haré”. Los negociadores de los dos países tratan, en paralelo, de definir el texto final con el que se cerraría la primera fase de la negociación. El presidente ha afirmado también que el acuerdo con Xi se firmará en EE UU. “Será en nuestro país”, ha anticipado, “tal vez en Iowa”.
Pese a enfriar la posibilidad de que se empiecen a retirar los aranceles, el republicano ha utilizado un tono positivo con respecto al desarrollo de las conversaciones. Aunque, al mismo tiempo, ha repetido que la situación también está bien tal y como se encuentra ahora por el dinero que recauda en la frontera gracias a los gravámenes. Peter Navarro, su asesor de comercio, ha sugerido que la solución pasaría por no activar nuevos aranceles.
Funcionarios de ambos países confirmaron el jueves que había un acuerdo preliminar para retirar los aranceles por fases. Sin embargo, no se indicó un calendario concreto ni qué impuestos se iban a cancelar. Algo que generó dudas sobre la consistencia del anuncio.
Los primeros aranceles entraron en vigor en marzo de 2018 y cubren bienes importados por valor de 360.000 millones de dólares. La aclaración del presidente estadounidense muestra la división en la propia Casa Blanca sobre la estrategia a seguir. El ala más dura se apoya en la fortaleza de la economía para mantener la presión. China, por su parte, dice que solo firmará si se rebajan.
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