El presidente Donald Trump recibió este jueves en la Casa Blanca al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en medio de las tensiones desatadas entre los socios tras las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, que dijo que la Alianza se encuentra en estado de “muerte cerebral”.
Macron se refería, en sus declaraciones realizadas al semanario británico The Economist, a la reciente retirada unilateral por parte de Estados Unidos de sus tropas en el norte de Siria, de la que no avisó previamente a los otros miembros de la Alianza. El repliegue despejó el terreno para el ataque de otro aliado, Turquía, a las posiciones kurdas en la región. “No hay ningún tipo de coordinación en la toma de decisiones de Estados Unidos y de sus aliados en la OTAN. Ni una. Hay una acción agresiva y no coordinada por parte de otro aliado de la OTAN, Turquía, en una zona en la que nuestros intereses están en juego”, dijo el mandatario francés.
Las declaraciones se produjeron a tres semanas de la cumbre en Londres de la OTAN. El lunes por la noche, a través de un mensaje en Twitter, Macron aseguró que acababa de mantener “una excelente conversación telefónica” con Trump, en la que hablaron de Siria, Irán y de la Alianza, y que ambos líderes se reunirán antes de la cita en Londres. “Estuvimos de acuerdo en muchas cosas y nos reuniremos antes de la cumbre de la OTAN en Londres”, dijo.
Pero el pasado miércoles, en la víspera de la visita de Stoltenberg, el presidente Trump recibió en la Casa Blanca a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, y ambos líderes lamentaron las declaraciones de Macron. “Creo que el presidente [Erdogan] se sintió muy decepcionado por las declaraciones de Francia, relacionadas con el compromiso con la OTAN. Y mucha gente se siente así también”, dijo Trump, durante una reunión con legisladores en el despacho Oval, según la transcripción proporcionada por la Casa Blanca. “Sí. Fue inaceptable”, añadió Erdogan.
Al anunciar la visita de Stoltenberg, en un comunicado difundido el pasado sábado, la Casa Blanca explicó que ambos líderes debatirían “sobre el progreso de los aliados de la OTAN en aumentar el gasto de defensa y garantizar una distribución más equitativa de la carga”. Desde que ganó las elecciones en 2016, Donald Trump ha convertido en una auténtica obsesión el objetivo de que todos los aliados cumplan su compromiso de gastar al menos un 2% de su PIB en defensa. Y el miércoles, tras agradecer a Erdogan por su contribución a la Alianza, Trump volvió a insistir en que no es el caso de muchos otros aliados.
Washington acogía este jueves una reunión en ministerial de los miembros de la coalición internacional antiyihadista, solicitada de urgencia por París tras el anuncio del retiro de los soldados estadounidenses. En ella, ante unos socios desconcertados por los vaivenes de la Administración Trump en Siria, Estados Unidos prometió seguir la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) y aseguró que mantendrá una presencia militar “residual” de entre unos 500 y 600 soldados en la base de Al Tanf, en el sur del país. Pero volvió a exigir a los países europeos, especialmente a Francia y Alemania, que repatrien a sus ciudadanos que se encuentran entre los yihadistas detenidos en Siria.
“Debemos continuar el combate contra el ISIS. Estados Unidos seguirá dirigiendo la coalición, y el mundo, en este esfuerzo esencial para nuestra seguridad. Hemos desplegado tropas en el noreste de Siria para evitar que el ISIS renazca jamás de sus cenizas”, defendió el secretario de Estado, Mike Pompeo, en la apertura de la reunión ministerial. Y añadió: “Los miembros de la coalición deben repatriar los miles de combatientes terroristas extranjeros actualmente detenidos, y juzgarlos por las atrocidades que han cometido”.
El propio Stoltenberg reconoció que todas estas cuestiones han dejado heridas en el seno de la OTAN. “La situación en el norte de Siria sigue siendo frágil y difícil. Es conocido que existen diferencias entre los aliados de la OTAN en lo que se refiere a la situación sobre el terreno”, señaló el secretario general, al inicio de la reunión ministerial.
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