Me parece una equivocación darle a Pia
Wunderlich el premio que entrega el Athletic desde 2015 para remarcar el amor de un jugador o jugadora a un solo club. Ahí radica la cuestión. One
Club
Woman.
No tengo nada en contra de la jugadora alemana, a la que a decir verdad no conocía, y leyendo su biografía me parece que acumula una trayectoria impecable, digna de muchos galardones, pero no de este en concreto.
Será una elección legal en base a los estatutos del premio, no digo que no, pero me sigue pareciendo un error por el mero hecho de haber jugado en dos clubes distintos y, además, en la máxima categoría. Si hay que tirar de tecnicismos para explicarlo, pierde valor el mensaje. Y, si no, que le cambien el nombre al trofeo y listo. Se acabó el problema.
Toda esta polémica viene porque la Junta
Directiva de Aitor
Elizegi buscó la paridad concediendo un premio anual exclusivamente para mujeres. Una intención loable, desde luego, pero que no se pararon a analizar con detenimiento porque los pocos años del fútbol profesional femenino van a dificultar, como ya vemos, esta labor al Athletic. Hubiera sido preferible alternar un premio para los dos sexos en función de los candidatos
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