EL PAÍS

Ucrania tantea las defensas rusas en el río Dniéper con desembarcos relámpago en Jersón

Ucrania está intensificando los ataques para tantear las defensas rusas en el frente sur. Unidades de las fuerzas especiales transportadas en lanchas rápidas desembarcaron la semana pasada en la orilla oriental del río Dniéper a su paso por la provincia de Jersón. Las tropas enemigas están parapetadas allí desde el pasado noviembre, cuando la ofensiva ucrania liberó la mitad de la provincia y les forzó a abandonar los territorios occidentales de Jersón, donde se halla la capital de esa provincia. Expertos consultados en las últimas semanas por creen que se trata de operaciones de distracción ante la esperada contraofensiva ucrania de primavera.

El frente sur del país invadido vuelve a copar titulares tras un invierno en el que los dos ejércitos han concentrado su poder en el frente de Donetsk, en el este del país. Desde finales del pasado otoño, las fuerzas ucranias han llevado a cabo múltiples intentos de desembarco al otro lado del Dniéper, operaciones llevadas a cabo por pequeñas unidades que tenían por objetivo multiplicar los flancos de guerra que las defensas rusas deben atender.

Las operaciones fluviales ucranias se habían centrado sobre todo en el delta del Dniéper, donde las fortificaciones rusas son más débiles, aprovechando que el terreno natural es inconveniente para desembarcos de armamento pesado. El objetivo de estas operaciones ucranias sería forzar al enemigo a concentrar tropas en el frente sur y reducir los efectivos en otras líneas donde se cree que se centrará la contraofensiva, según analistas entrevistados en las últimas semanas por este diario.

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La principal diferencia respecto a otros desembarcos es que, por primera vez, las tropas ucranias habrían permanecido durante días en la orilla oriental del río Dniéper. Se trataría de un número reducido de soldados, según se desprende de los vídeos facilitados por cuentas de Telegram militares rusas y ucranias, en una zona de difícil acceso por ser un terreno fluvial y de ciénagas, en la demarcación de Oleshki. Es improbable que estas unidades ucranias puedan resistir muchos más días, debido a la imposibilidad de recibir suministros: el Dniéper a su paso por esta posición tiene un kilómetro de anchura y es imposible establecer un puente de conexión sin anular antes la artillería rusa.

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Las imágenes que han sido hechas públicas del desembarco en Oleskhi, en vídeos grabados a vista de dron, dejan claro que la amenaza para las defensas rusas es relativa: uno de estos vídeos muestra una lancha rápida ucrania atracando en la orilla oriental del Dniéper con un pelotón de soldados adentrándose en el territorio controlado por el enemigo. A los pocos minutos, sobre el punto en el que habían tocado tierra, cayó el fuego de artillería ruso.

La presencia de las fuerzas ucranias en la orilla oriental del río habría forzado a las autoridades ocupantes rusas a evacuar aldeas de la zona, según afirmó el domingo Oleksandr Samyolenko, jefe del Consejo Regional de Jersón. Las fuerzas invasoras estarían evacuando a los pocos vecinos que quedan en aldeas próximas al lugar donde habían desembarcado los soldados ucranios, según Samyolenko. Este político añadió que, aprovechando la salida de los vecinos, se había informado de saqueos de viviendas. ha podido confirmar durante la invasión, en varios enclaves del frente este, que en los municipios ucranios ocupados por Rusia en los que la población es desalojada, voluntariamente o por la fuerza, los robos son habituales.

Posiciones no estratégicas

El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), uno de los principales centros occidentales de análisis del conflicto en Ucrania, concluye en sus informes diarios más recientes que el ejército ruso está permitiendo a los ucranios tomar islotes en el río y posiciones no estratégicas, sin posibilidad de avanzar con grandes grupos, por el terreno pantanoso, para centrarse en núcleos urbanos estratégicos en el Dniéper, como la periferia de la ciudad de Jersón o en Nova Kajovka, donde se encuentra una de las presas más importantes del país.

El ISW subraya que en las últimas semanas ya se habían producido desembarcos parecidos, pero la realidad es que estas operaciones de las fuerzas especiales ucranias han sido la tónica desde finales del año pasado. Vladímir Saldo, el gobernador impuesto por Rusia en los territorios de Jersón ocupados, manifestó a principios de mes que habían detectado una elevada concentración de tropas ucranias y equipos de desembarco fluvial. Saldo afirmó que estaban convencidos de que se trataban de fuerzas con una finalidad de distracción, y no de un intento de lanzar una contraofensiva cruzando el Dniéper.

Militares extranjeros, como el almirante estadounidense James Foggo, o el francés Thibault Fouillet, han detallado a este diario que un desembarco en un río tan grande (unos dos kilómetros de agua separan las dos orillas y a los dos ejércitos) supondría una ofensiva como no se ha visto desde la II Guerra Mundial y para la que Ucrania no tiene suficientes recursos. Pese a ello, desde diciembre, los aliados de la OTAN de Ucrania han ido aportando lanchas rápidas, blindados anfibios y pontones para trasladar vehículos que indicarían que cruzar el Dniéper continúa siendo una opción.

Los servicios de inteligencia de países aliados de Ucrania, como los británicos o estadounidenses, han hecho públicos esta primavera informes indicando que la estrategia más sensata para la contraofensiva ucrania es centrarse en el frente de Zaporiyia. Oleksii Melnik, codirector del centro de análisis de defensa Razumkov, afirmaba el pasado marzo en una entrevista con este diario que el desembarco en el Dniéper era descartable por su complejidad.

El frente de Zaporiyia, en cambio, ya se encuentra en la orilla oriental del Dniéper y permitiría un avance directo hacia la costa del mar de Azov sin accidentes geográficos insalvables como un río de dos kilómetros de ancho. Tanto en el frente de Zaporiyia como en el de Jersón, Rusia ha levantado más de 100 kilómetros de triples líneas defensivas, separadas por unos 15 kilómetros, formadas por trincheras, alambradas, fosos, obstáculos antitanque y parapetos hormigonados para ametralladoras y obuses. La ventaja que ofrece un ataque sobre Jersón, cruzando el Dniéper, es que tendrían más cerca el objetivo más codiciado por Ucrania, tener Crimea a tiro de su artillería.

Contraofensiva en primavera

Se prevé que la contraofensiva ucrania se produzca a finales de la primavera, entre mayo y junio, según ha advertido el propio ministro de Defensa, Oleskii Reznikov. Las esperanzas puestas en este plan son tan elevadas que miembros del Gobierno ucranio, como su ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, han tenido que advertir públicamente de que las expectativas son demasiado elevadas. El medio estadounidense Político afirmó el lunes que la Casa Blanca está preparando un plan de negociaciones en el caso de que la contraofensiva ucrania no consiga importantes avances.

El jefe de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio, Kirilo Budanov, confirmó también el lunes en una entrevista para el medio ucranio RBC que Rusia había reducido el uso de misiles en el país invadido, y que el objetivo era reservar su arsenal para frenar el ataque ucranio, que se basará en el poder de artillería y de blindados suministrados desde enero por sus socios de la OTAN.

La portavoz del Alto Mando de las Fuerzas Armadas Ucranias para la región Sur comunicó el domingo que la artillería rusa había incrementado los bombardeos sobre la ciudad de Jersón tras el desembarco en Oleshki. Jersón fue anexionada ilegalmente por Rusia el pasado septiembre, una conquista condenada por la comunidad internacional. Pese al aislamiento de Rusia, su presidente, Vladímir Putin, visitó este abril el cuartel de sus comandantes en la provincia para demostrar que su régimen no tenía intención de renunciar a lo que había ganado por las armas.

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