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Últimas noticias del coronavirus, en directo | Investigadores valencianos trabajan en una alternativa “barata y rápida” a las pruebas PCR

Francia ha establecido tres zonas de alerta —la normal, la reforzada y la máxima— antes de llegar a un eventual estado de urgencia sanitaria que implicaría un reconfinamiento que el Gobierno quiere evitar a toda costa, pero que ya no descarta de forma tan taxativa como hace unas semanas o meses. Los parámetros para estar en una de las tres zonas son precisos y se basan, sobre todo, en la tasa de incidencia. Cuando la situación se deteriora peligrosamente, como es el caso de Marsella o Guadalupe, situadas en alerta máxima, se vigila también la tasa de ocupación por covid-19 de las camas en cuidados intensivos. Hasta ahora, la evaluación se hacía de forma semanal, aunque el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, anunció este lunes la intención de actualizar los datos de forma diaria en aras de la “transparencia”.

En total, 69 de los 101 departamentos del país están en vigilancia por la alta circulación del virus. Esta alerta se desata cuando se registran más de 50 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, momento a partir del cual se prohíbe que fiestas familiares o de amigos como bodas, comuniones, cumpleaños o hasta tómbolas superen las 30 personas, ya sea en espacios privados o en salas habilitadas para estas celebraciones.

Las restricciones comienzan seriamente sin embargo en aquellas zonas de alerta “reforzada”, como lo están París y otra decena de grandes urbes de Francia. Son lugares en los que la tasa de incidencia es de más de 150 casos por cada 100.000 habitantes y, entre los mayores de 65 años, de más de 50 casos por 100.000 habitantes. El hecho de que la circulación más intensa del virus empiece a afectar a la población mayor “es una señal de que la situación sanitaria está degradándose y que se necesitan medidas fuertes para frenar” la propagación del virus, explica la Dirección General de Sanidad (DGS).

Además de la capital francesa y su periferia inmediata, las ciudades actualmente en “alerta reforzada” son Burdeos, Grenoble, Lille, Lyon, Montpellier, Niza, Rennes, Rouen, Toulouse y Saint-Etienneayer. En todas estas urbes, desde este lunes y durante las próximas dos semanas, los bares deberán cerrar como tarde a las 22.00, una medida que al final no afectará a los restaurantes, como se previó en un principio. Además, permanecerán clausuradas todas las salas de fiestas y salas polivalentes, al igual que los gimnasios y salas deportivas. El aforo de eventos masivos baja de 5.000 a mil personas y se han anulado grandes fiestas del calendario como las locales o de estudiantes. Y el máximo número de personas que pueden reunirse en espacios públicos como parques o playas queda limitado a diez.

Más duras son las restricciones en las zonas de “alerta máxima”, donde la tasa de incidencia se dispara a más de 250 casos por 100.000 habitantes —y de más de cien casos entre la población mayor— y más del 30% de las camas disponibles en cuidados intensivos están destinadas a pacientes de covid-19 (si pasa al 60%, se declara el estado de urgencia sanitaria), una muestra de la “tensión en el sistema sanitario”. Actualmente, solo Marsella y la vecina Aix, así como la antillana Guadalupe están en este estadio previo a la urgencia sanitaria que ha llevado al cierre total, desde este lunes, de todos los bares y restaurantes de estas localidades. También deberán cerrar todos los espacios que reciban público “salvo si existe un protocolo sanitario estricto ya implementado”, extremo que ha permitido evitar el cierre de museos, teatros y cines.

Las restricciones, anunciadas la semana pasada e implementadas progresivamente desde el fin de semana, han provocado numerosas protestas, sobre todo del sector de la hostelería que se dice injustamente perjudicado pese a haber aplicado los protocolos sanitarios requeridos. El tribunal administrativo de Marsella tiene previsto examinar este martes un recurso contra el cierre de bares y restaurantes presentado por el presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, Renaud Muselier. Numerosos alcaldes han denunciado una falta de “concertación” de parte del Gobierno central con los responsables locales, pese a las aseveraciones en este sentido del ejecutivo de Jean Castex, que tiene previsto reunirse también este martes con representantes del sector de la restauración. Los últimos en protestar han sido los alcaldes de Lyon, el ecologista Grégory Doucet, que este lunes calificó de “brutal” la orden de cierre temprana de bares, y su par de Burdeos, el también ecologista Pierre Hurmic, para quien “es mejor que los jóvenes estén en los cafés, donde hay supervisión, que acabar la noche en apartamentos, muchos de ellos estudios”.

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