NAHUALÁ, Guatemala – Los familiares y amigos de un adolescente guatemalteco de 13 años le dieron el sábado el último adiós al enterrarlo en el oeste del país, después de que perdiera la vida el pasado 27 de junio asfixiado en Texas, junto a otros 52 migrantes.
Entre lágrimas y dolor, Pascual Melvin Guachiac Sipac fue enterrado en el municipio de Nahualá, en el departamento (provincia) de Sololá, al oeste de la Ciudad de Guatemala, según constató Efe.
El menor, de 13 años, intentó en junio pasado emigrar a Estados Unidos para huir de la pobreza en el poblado indígena y en Guatemala, pero murió asfixiado en una tragedia donde otras 52 personas también perdieron la vida.
El féretro gris de Guachiac Sipac fue inhumado al filo del mediodía en el cementerio local, después de que la familia lo velara durante las últimas horas acompañados de más de un centenar de personas.
El adolescente de 13 años es la primera víctima fatal de la tragedia de Texas repatriado a Guatemala, tras el arribo de sus restos al país centroamericano el viernes al mediodía.
“No tengo palabras”, dijo este viernes a periodistas al borde del llanto el padre de Guachiac Sipac, Casimiro Guachiac, en la terminal aérea, antes de que llegaran los restos de su hijo.
Los procedimientos son los últimos pasos del gobierno de Biden para garantizar que las familias migrantes no se dividan como lo hicieron bajo el gobierno de Trump.
El Gobierno guatemalteco confirmó la semana pasada que fueron 22 los connacionales que perdieron la vida en la tragedia, asfixiados en un camión que fue abandonado por traficantes de personas en una carretera de San Antonio, Texas.
Sin embargo, el viernes el Gobierno que preside el médico y cirujano retirado, Alejandro Giammattei, se retractó y dijo que finalmente eran 21 personas de nacionalidad guatemalteca las fallecidas, tras un dato “erróneo” de las autoridades en Texas.
Los 21 guatemaltecos forman parte del grupo de al menos 53 migrantes, entre mexicanos y hondureños, que murieron asfixiados en el tráiler, donde eran conducidos por traficantes de personas.
Tras nueve deportaciones y 20 años en Estados Unidos, la mexicana Esther Morales ahora ofrece “Comida calientita” en albergues de Tijuana.
Las autoridades locales suponen que los migrantes debieron permanecer varias horas encerrados en el camión, en la que ha sido considerada la mayor tragedia de tráfico de personas de las últimas décadas en Estados Unidos.
Este sábado llegarán a Guatemala otros dos fallecidos en la tragedia, específicamente los de Juan Wilmer Tulul Tepaz, de 14 años, y Jonny Tziquin Tzoc, de 17, quienes también murieron asfixiados en Texas y son originarios de igual forma de Sololá.
Varios expertos y cifras oficiales estiman que son más de 300,000 los guatemaltecos que cada año intentan llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, entre ellos los miles de ellos menores de edad enviados por sus padres.
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