22 victorias en 43 partidos oficiales, y solo 12 derrotas. Es un buen balance. 62 goles a favor, y 41 en contra, a menos de uno por partido. Habla de un trabajo bien hecho, tanto por Marcelino, que nos dejó a finales de mayo, como por Valverde, que llegó con nuevas ilusiones tras las elecciones, de la mano de Jon Uriarte.
Ha sido un buen curso. En Liga no se pudo llegar a Europa, por quinta vez consecutiva, pero se peleó hasta el final. Se disputó el título de la Supercopa ante el Real Madrid, pero Modric y Benzema marcaron distancias. En Copa, se eliminó a merengues y culés, toda una hazaña, para caer con el desagradable Valencia de Bordalás en semis.
El año comenzó con un hat trick de Sancet, en Iruña, y un doblete de Nico en Mancha Real, dos de las perlas rojiblancas que han de consolidar el proyecto rojiblanco en los próximos años. Su presente es deslumbrante, y queda el trabajo de renovarlos. Son parte fundamental, o estratégica, llámenlo como quieran, del Athletic que ya en 2023 debe ilusionarnos. Europa es el objetivo.