Son ese tipo de carambolas que rodean al fútbol. Se podría decir que el amor, la guerra y ahora el balompié, hacen extraños aliados. Es el caso que nos concierne. Cristiano Ronaldo nunca ha casado demasiado bien con el Atlético de Madrid. Y eso que siendo jugador del Sporting de Portugal, el cuadro colchonero meditó seriamente su contratación.
El caso es que luego se daría aquel amistoso entre el cuadro lisboeta y el Manchester United, Fergusson se quedaría maravillado. Y el resto es historia. El luso se convertiría en una referencia posteriormente del Real Madrid, con innumerables encontronazos con el Atlético y su hinchada. Así se entiende que el asunto de su posible llegada al Metropolitano fuese ‘casus belli’ en el verano pasado para gran parte de la afición colchonera.
No se pudo dar porque era casi ‘antinatura’ como ahora lo parece que uno de los más preciados trofeos del internacional portugués, uno de sus ‘Balones de Oro’, haya acabado en manos de uno de los dueños del Atlético de Madrid. Sólo en el contexto de la filantropía se podría entender y eso es precisamente lo que lo ha motivado.
Informa el diario ‘The Mirror’ que resulta que Cristiano Ronaldo subastó su réplica del Balón de Oro de 2013 para recaudar fondos por motivos benéficos, para lograr dinero para niños con enfermedades graves. Y el ganador no fue otro que un multimillonario israelí que la afición colchonera conoce bien.
Esta réplica exacta del trofeo fue vendida por 645.000 euros al multimillonario israelí Idan Ofer a través de la ‘Fundación Make A Wish’. El empresario es, desde 2017, accionista del 32% del Atlético de Madrid; además de dueño del Famaliçao de la liga portuguesa. Ofer es uno de los nombres que suenan con fuerza para ser el dueño del Atlético si los actuales máximos accionistas, Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, venden sus participaciones.