En un parón del partido Jabari Smith Jr., número tres del último draft, se acercó a LeBron James y le hizo una confesión de trivial. “¿Sabes que jugaste contra mi padre en tu primer partido en la NBA?”. “¿De verdad? ¿Pero por qué me haces esto?”, respondió el de Akron, que necesitó un momento para asimilar el dato.
Dice todo de LeBron que veinte años más tarde domine un partido como lo hizo ante los Houston Rockets, como lo está haciendo desde la lesión de Anthony Davis. Pero dice también de los Lakers que aun así les cueste un mundo cerrar un partido contra el colista de la NBA (140-132).
En un encuentro que controlaban por 13 puntos al comienzo del último cuarto, los Lakers necesitaron un último empujón de LeBron para doblegar a uno de los rivales más tiernos de la liga.
La dependencia es tal que en ese tramo final solo pudieron darle 50 segundos de descanso antes de volver a meterlo en pista para mantenerlos a flote primero y matar el partido después.
Cuando llegó la hora decisiva, James encaró a Jabari Smith Jr., frenó en seco y encestó una canasta contra tabla que empezó a abrir la brecha definitiva en el último minuto.
Tres semanas después de cumplir 38 años, LeBron James firmó 48 puntos (16/26 en tiros, 5/10 en triples), 8 rebotes y 9 asistencias para liderar un triunfo muy necesario para los Lakers. El equipo angelino corta una racha de tres derrotas seguidas y frena su caída en la clasificación, aunque todavía deberá achicar agua para meterse en puestos de play-in. Pasado ya el ecuador de la temporada, son 13º del Oeste con un balance de 20-24.
La debilidad atrás de los Lakers mantuvo siempre una puerta abierta para los Rockets, un equipo que ha perdido 11 partidos seguidos, que solo ha ganado uno de los últimos 17, y cuya anarquía deja cada noche momentos para el olvido. Un equipo sin más rumbo claro que el último puesto, aunque tenga en Alperen Sengün a uno de los proyectos más atractivos de la liga.
El turco recalcó los problemas angelinos en la pintura con el mejor partido de su carrera: 33 puntos (14/17 en tiros), 15 rebotes, 6 asistencias y 4 tapones. Una exhibición que lo confirma como el pilar sobre que los Rockets deben construir su futuro, aunque no lograran culminar la escalada en el último cuarto.
Al día siguiente de la nefasta última posesión contra Philadelphia, Russell Westbrook se rehizo con otro buen partido desde el banquillo (24 puntos), incluido una buena defensa y mate al contraataque que privó a los Rockets de empezar el partido a poco más de un minuto para el final del partido.
En el siguiente ataque, LeBron recibiría el balón ante Jabari Smith Jr., que apenas era un bebé de unos meses cuando él debutó en la NBA contra su padre –que no llegó a tener minutos aquella noche. Han pasado ya 20 temporadas, pero James sigue dominando y decidiendo como el primer día.