Es difícil que el aficionado txuri urdin se pueda sentir menos representado por la Euskal Selekzioa que jugó en Ipurua. Sin público en las gradas reivindicando ser una selección, con Javier
Clemente en el banquillo y con sólo Ander
Guevara como único representante de la Real en un ‘once’ plagado de jugadores del Athletic, el gasteiztarra fue anoche un comandante demasiado solo.
El canterano de la Real debutó con un conjunto ‘tricolor’ que nunca ha tenido menos jugadores realistas en el ‘once’ en todo el siglo XXI. Atrás quedan los pitos a Xabi
Alonso y Xabi
Prieto en San Mamés, las conducciones de Aranburu, los cortes defensivos de Labaka y Ansotegi o las cabalgadas de López
Rekarte por banda. En la primera parte sólo se pudo disfrutar del talante de Guevara y su capacidad de ordenar el centro del campo. Ningún guiño txuri urdin más en un encuentro que pierde su sentido si no está la afición disfrutando la fiesta en la grada.
Hasta que Guevara decidió que ayer se jugaba a fútbol. Para el minuto 2 dejó solo a Morcillo con un pase medido que el león no pudo rematar a puerta delante de Keylor
Navas. El centro del campo fue la zona del campo sin jugadores rojiblancos. Guevara y Roberto
Torres le dieron sentido a cada ataque euskaldun, bien con conducciones o bien lanzando envíos profundos para que Morcillo y Williams corrieran la banda. Un mundialista como Celso
Borges se vio superado por un Guevara que no se arrugó delante del tico, mucho más cómodo en la segunda mitad tras la salida del comandante de la Real del terreno de juego.
Cabezazo y asistencia
Los otros dos txuri urdin convocados salieron a falta de algo más de media hora para el pitido final. Aihen se colocó como extremo volviendo a sus orígenes mientras que Bautista estuvo a punto de deshacer el empate. El de Errenteria apenas intervino en el juego, bien marcado por los dos centrales ticos. La única vez que tuvo algo de espacio demostró que es todo un ‘9’. Capa centró desde la derecha y Bautista remachó con un brillante cabezazo perfectamente detenido por Keylor
Navas, que nada pudo hacer para repeler el siguiente envite.
Aihen, encargado de sacar las acciones a balón parado desde que ingresó en el terreno de juego, botó el último córner del partido brindándole un caramelo a Unai
Núñez, que entró como un tren para darle la victoria a la ‘tricolor’.
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