Ricardo, un teleoperador de 59 años nacido en Guinea Ecuatorial y afincado en Zaragoza, se presentaba a ‘First Dates‘ dispuesto a encontrar una pareja con la que encajar. Su presentación en el programa de Carlos Sobera era muy clara: “Soy muy abierto de mente. Soy muy abierto sexualmente. La vida está para disfrutarla”.
El programa le preparó una cena con Juan Antonio, un hombre de Bilbao con un prototipo físico muy claro: “Me gusta la gente ruda, fuerte, tipo oso con barba y con bien de pelo”.
Durante la cena, el programa les planteaba un juego con diversas preguntas como las fantasías sexuales: “Una especie de cuarto que esté preparado para una sesión de sexo. Una especie de habitación dark con luces, música, vestidos con ropa fetish…”, confesaba Ricardo sobre sus deseos y fantasías. Juan Antonio no tenía las mismas fantasías: “A mí el rollo de ponerme ropa femenina no me pone. Me echaría para atrás. Me gustan unos calzoncillos blancos”.
Las preguntas sexuales siguieron surgiendo durante la cena. Ricardo es el que más claro lo tenía: “Yo tengo mucha más imaginación para el sexo. La cocina da mucho de sí. Los juegos que puedes hacer con todos los productos que puedas tener dentro de la nevera…”. Su cita no pensaba lo mismo sobre la cocina donde habitualmente trabaja: “Lo veo parte de mi trabajo, mi laboratorio en el que paso ocho horas sacando un trabajo”.
A pesar de ciertas diferencias en su forma de ver la vida, ambos estaban dispuestos a tener una segunda cita fuera del restaurante de Cuatro y seguir conociéndose.