Las finales son otra cosa, porque en el fútbol es complicado aplicar el aforismo de que lo importante no es la meta, sino el camino. Como el documental sobre la vida de Pau Gasol. “Lo importante es el viaje”, se dice, pero, claro, Gasol ha ganado muchas finales y cuando lo que se vislumbra al final de la carretera es otro partido en la cumbre, dejan de tener importancia los kilómetros recorridos.
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Pero en el caso del Athletic no deja de tener mérito ese camino andado, la competitividad que demuestra cuando se enfrenta a una eliminatoria de cualquier competición, como si no hubiera cuadro clasificatorio que se le resistiera. El conjunto bilbaíno lleva 15 eliminatorias consecutivas superadas. Desde su victoria en el Sánchez Pizjuán de Sevilla (0-1), el 16 de enero de 2019 en la Copa, con un gol de Guruzeta que sirvió de poco, porque el equipo sevillista ganó en San Mamés (1-3), el Athletic no ha vivido la amarga sensación de caer en el camino a una final.
Ha disputado desde entonces 13 eliminatorias a partido único —11 de Copa y dos de Supercopa— y otras dos a doble partido. En las eliminatorias coperas jugó en San Mamés en tres ocasiones y a domicilio ocho veces. A doble partido jugó ante el Granada (1-1 y 1-2) y el Levante (1-1 y 1-2), en ambas ocasiones abriendo la semifinal en San Mamés. Entre los damnificados están el Real Madrid y el Barcelona, que cayeron dos veces cada uno. Los madridistas en la Supercopa y la Copa y el Barça las dos en la Copa. De hecho, el Athletic es el único equipo que ha conseguido eliminar al conjunto azulgrana desde la temporada 2012-13. El Barcelona ha jugado todas las finales de la década excepto en la edición 2019-20, en la que cayó en el último minuto en San Mamés con un gol de Iñaki Williams.
Y más datos para alimentar este idilio. El Athletic es el primer equipo en los últimos 16 años que elimina consecutivamente a los dos grandes del fútbol en España, pero no es la primera vez que lo hace: es la cuarta ocasión en su historia. En 1930, 1958 y 1984 también lo consiguió. En el palmarés figura en segundo lugar el Zaragoza (1986, 2004 y 2006), y que es el único que perdió la final después de vencer a Barça y Madrid en las eliminatorias previas. El Espanyol los eliminó en 1929 y 1940, el Valencia en 1979 y 1999, el Atlético de Madrid en 1991 y el Real Unión en 1924.
Entre los equipos poderosos, también el Atlético de Madrid cayó en la Supercopa frente a un Athletic muy competitivo, que remontó un marcador adverso para plantarse en la final, que perdió contra el Real Madrid. El Betis, que con Pellegrini apuntaba la temporada anterior hacia la final de Copa, cayó eliminado en cuartos de final por el Athletic en el Villamarín. Fue a penalties. Unai Simón paró los que le lanzaron Juanmi y Canales.
Pero donde demuestra más el equipo ahora entrenado por Marcelino su sangre fría es en las semifinales. Mientras que en casi todas las finales que ha jugado en la última década ha sido o muy inferior al rival o poco competitivo, la eliminatoria decisiva ha mostrado un Athletic infalibre. Desde 2009 no ha perdido ninguna de las ocho que ha jugado. La primera, a las órdenes de Joaquín Caparrós, se decidió en San Mamés tras caer en la ida en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla (2-1). La vuelta fue una de las noches mágicas que Marcelino espera. El Athletic arrolló al equipo sevillista (3-0) y se metió en la final.
De todas formas, el entrenador del Athletic tiene los pies en el suelo: “Eliminar al Madrid y al Barcelona no nos lleva a la final”. Antes de la Copa llegará el Espanyol en la Liga. Ni en uno ni en otro torneo podrá estar Nico Williams, lesionado tras una carrera y un taconazo en los últimos instantes de la primera parte. “No tiene buena pinta”, aseguró Marcelino, pero sus augurios se han suavizado algo con el pronóstico médico. Sufre una “lesión muscular de carácter moderado” y estará de baja entre cuatro y seis semanas.
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