Un espléndido Tyrese Maxey reanima en Toronto a unos Sixers sin Embiid

Un espléndido Tyrese Maxey reanima en Toronto a unos Sixers sin Embiid

No estaba Joel Embiid. Pero estaba él. Tyrese Maxey arrancó y se llevó todo lo que se le puso por delante en Toronto para reanimar a unos Sixers sin el pívot camerunés por una lesión de rodilla (90-112). De dulce, listo el base para despegar hacia un nivel superior, el explosivo jugador de sólo 21 años alcanzó, con 44 puntos (15/20 en tiros de campo y un devastador 9/12 en triples), un nuevo máximo anotador personal tras los 31 del miércoles. E hizo una absoluta definición de perfección en la primera parte con un 10/10 en lanzamientos.

“Estoy feliz, esto es el trabajo de las mañanas, de las noches, del vídeo. Todos los veranos trabajo, pero este último más. Pero ha sido una victoria de todos”, declaraba tras el partido Maxey, poniéndose nada menos que a la altura de Allen Iverson, el úncio hasta ahora en registrar más de 40 puntos antes de cumplir los 22. Como bien dijo el base, y esta vez sí, los Philadelphia 76ers apelaron al espíritu de equipo en el momento más delicado y desangelado sin Embiid para devolverle el golpe a los Raptors, en los que Juancho Hernangómez jugó los últimos tres minutos. Y sin esa renovada versión de un James Harden que se ha apagado algo en el viaje a Toronto, 11 puntos con un 4/9 en tiro, 4 rebotes y 4 asistencias pero 5 pérdidas. Por fin el resto compareció, con 13 puntos de De’Anthony Melton, 13 de Tobias Harris y 9 de un Montrezl Harrell que lo bordó en defensa y en el tiro (4/4).

A los Sixers, con un balance de 2-4 ahora, les salió de maravilla la fórmula de la rapidez y la solidez y marcaron territorio ya en la primera parte (65-48). Más que a crear, en ataque se dedicaron en ataque a ejecutar con Maxey a golpe de penetraciones y triples y, sobre todo, esa añorada percepción de equipo se dejó sentir en defensa, recibiendo casi 30 puntos menos que el miércoles. Si el miércoles Nick Nurse dibujó una caricatura de Doc Rivers y ‘Philly’ en su pizarra, esta vez el propio Rivers se la llenó de borrones. Los Raptors se quedaron en un 39% en tiros de campo -52% Philadelphia-, y un 23% en triples -42% los visitantes-.

El técnico de los Sixers logró su primer propósito, el de reducir la capacidad pasadora de Pascal Siakam. “Hay que poner más presión sobre él”, decía antes del partido. El africano registró 26 puntos pero sólo 6 asistencias, menos de la mitad que las del miércoles (13). Aunque la imagen de la derrota, la víctima más notoria de la aplicada defensa de los de Pennsilvania fue Freed VanVleet, de 15 puntos el miércoles con un 0/11 en tiros de campo. Demasiado como para que lo compensaran los 19 de Anunoby, los 14 de Trent Jr. O los 13 de Scottie Barnes.

La decisión maestra de Rivers fue disponer una zona 2-3 ante la que no encontraron soluciones los Raptors. Los Sixers jugaron con más orden y con más energía en las rotaciones defensivas, encontrando el equilibrio perfecto para colapsar la zona y luego salir a defender al perímetro cuando Toronto encontró el hombre liberado. P.J. Tucker, tras el despropósito del miércoles, fue el paradigma de la mejora, con 5 puntos pero, sobre todo, una sólida defensa con la que sumó un +12 para los de Rivers.

Los Raptors hicieron sufrir a Harden con sus 2×1 y una pérdida de la ‘Barba’ propició que los de Nurse, que apretaron en defensa en el tercer parcial para dejar a los Sixers en 16 tantos, se pusieran a 6 a falta de 4 minutos para el final del tercer cuarto (64-70). Pero Maxey volvió a estallar (70-81 al final del tercer parcial) y sus 13 puntos en el último cuarto remataron la faena. “No es sólo Maxey, todos han contribuido a la victoria hoy. Pero nos queda mucho”, resaltaba contento pero prudente Doc Rivers. Philadelphia sonríe y se alivia.




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