Todo depende del color del cristal con que se mire, decía el escritor y pensador español Ramón de Campoamor y Campoosorio, y aunque esta cuarteta hacía referencia a que todos estamos influenciados por nuestra propia subjetividad en cuanto a ideas y también, ideales, puede que además, nuestra vida no sea del todo objetiva y muchas veces interprete la realidad, para que veamos de forma subjetiva, entonces, ¿Podemos confiar en nuestra vista? ¿Es posible ver la realidad de manera objetiva?.
¿Es posible ver la realidad de manera objetiva?
No es algo nuevo que algunas personas se pregunten si la vista es realmente capaz de devolver imágenes correspondientes a la verdad como una fotografía. Y sabemos, que la cuestión sobre la frontera entre la neurociencia y la filosofía acogida por filósofos como John Locke y David Hume tiene una respuesta simple: no . La perspectiva individual siempre termina influyendo en nuestra forma de ver las cosas y la percepción de la identidad real de los objetos que nos rodean. Lo que vemos es necesariamente el resultado de nuestras expectativas, y no es posible separar la versión pura y simple de la realidad de la representación que el cerebro ha hecho sobre ella.
De este modo, las imágenes que vemos serían el resultado de un compromiso continuo entre la información visual en bruto y nuestras suposiciones basadas en la experiencia que tenemos del mundo. Si intentas mirar una moneda de perfil, la forma en que la luz la golpea devolverá la forma de un óvalo o una elipse a los ojos, pero el cerebro, que conoce la forma de ese objeto, aún se asegura de que veamos de qué se trata: un disco circular de metal. ¿Es por lo tanto posible separar la verdadera naturaleza de un objeto (disco circular) de la forma en que «aterriza» a la vista (óvalo metálico)?
Para descubrirlo, los científicos de la Universidad Johns Hopkins han diseñado nueve variaciones sobre el tema del mismo experimento, en el que se pidió a algunos voluntarios que observaran un par de monedas tridimensionales, una ovalada y una redonda. Los sujetos tenían que decidir cuál de las dos monedas era el óvalo «real», una tarea aparentemente simple: cuando la moneda circular se puso de perfil, los participantes (que también sabían su verdadera forma) se desorientaron y dudaron en responder. La prueba de que no importa cuánto intentemos representar la realidad, nunca es completamente posible dejar de lado la perspectiva subjetiva. Las mismas incertidumbres permanecieron a pesar de la variación de las condiciones experimentales (monedas reales o representadas en una pantalla; inmóviles o en movimiento;
El mito de la neutralidad
Los resultados sorprendieron a los propios investigadores, que inicialmente esperaban que la objetividad prevaleciera por completo sobre las (des) percepciones individuales, haciéndolas insignificantes. El experimento es parte de una serie de investigaciones sobre los factores que pueden influir en la percepción: las próximas pruebas investigarán si los estereotipos de género afectan la vista y cómo a veces se perciben los objetos que en realidad no están allí.
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