Kyrie Irving es fascinante. Su carácter impredecible esconde instantáneos impulsos conmovedores y deslumbrantes. Capaz de aparecer en el momento que quiere y cómo quiere, sólo él con el don de hacer una definición tan precisa y literal de “genio”, el base volvió a soltar una de sus soberbias ráfagas de calidad en el último cuarto con 21 de sus 32 puntos para reinar en el desafío de la Gran Manzana con la victoria de los Brooklyn Nets sobre los New York Knicks (122-115). El talento especial de Kyrie es digno de la postal de Manhattan.
El paisaje bucólico de Nueva York, la rivalidad de sus dos equipos encontrada en la pista y el magistral toque final de Kyrie. Más un horario perfecto -17:30 hora local-, en un día idea, sábado. Todo se alineó para disfrutar de una de las propuestas más atractivas de la NBA en esta semana de las rivalidades. Pero aunque lo de Irving pudiera llenar ese vacío, no estaban todos en los Nets, lesionado Kevin Durant y también Ben Simmons, algo que causa más indiferencia pese a que el australiano, con su baloncesto tan particular, también brinda espectáculo.
Quizá, los más puristas hubieran trasladado el derbi al majestuoso e histórico Madison Square Garden (1968) y no al moderno y nuevo Barclays Center, inaugurado en 2012. Los Nets, vistos según quien como el ‘rico’ intruso al no haber estado siempre en Nueva York, tener menos historia que los Knicks y carecer de palmarés -ningún anillo por 2 de New York-, son mejores a día de hoy que su vecino, revitalizado aún así este curso, en plena pelea por los play-offs.
El equipo de Jacque Vaughn dominó siempre, por encima al descanso (62-49), aunque tuvo que acelerar Irving con una de sus habituales erupciones en el último cuarto ante la cercanía del conjunto de Tom Thibodeau, que se puso a 5 al inicio de ese parcial definitivo gracias a Isaiah Hartenstein (88-83). Saben los compañeros de Irving que, cuanto más se supone que tiene que ‘quemar’ el balón en las manos más se enciende Kyrie. Le buscan y le encuentran. Los 32 tantos del base quedaron desglosados en un 12/27 en tiros y un 5/12 en triples, además de 9 asistencias y 6 rebotes. Jalen Brunson fue el máximo anotador en los Knicks con 26 puntos (10/19 en TC).
En esta época sin Durant, no sólo Irving debe subir aún más su nivel como está haciendo, sino que todo el equipo debe arrimar el hombro. Lo hicieron unos Nets -mucho más cohesionados desde que Vaughn se hizo cargo del equipo-, reflejada la buena actuación colectiva en el demoledor 55% en triples con un 22/40, con un 3/3 Yuta Watanabe (9 puntos) y un 4/7 Joe Harris (16 tantos), misma serie de lanzamientos que Royce O’Neale (14). En los Knicks, RJ Barrett con 24 puntos y Julius Randle, con un doble-doble de 19 tantos y 10 rebotes, siguieron a Brunson.
Unos Knicks que son séptimos con 27-24, mientras que los Nets, con un colchón cómodo en la tabla que les ha permitido afrontar la ausencia de Durant con más tranquilidad, son cuartos con 30-19 a pesar del negativo 2-6 que arrastraban. Con su amigo en este plan -36 puntos de media de Irving en los últimos 6 encuentros-, Durant se puede tomar su recuperación con calma.