Un festival diferente, en contra de la estandarización de la escena musical, respetando el entorno natural en el que se celebra y en el que la experiencia vaya más allá de presenciar una serie de conciertos. Con ese espíritu nació SON Estrella Galicia Posidonia hace cinco años, celebrando la diversidad ecológica de Formentera, y con esa misma intención acaba de tener lugar su quinta edición, tras una cuarta que, ante la imposibilidad de realizarse físicamente, se desarrolló a través de una experiencia inmersiva e interactiva que acercaba los rincones de la isla balear a las casas del público.
Del 15 al 17 de octubre, y con el título de “Reencuentro” como lema, SON Estrella Galicia Posidonia redobló su apuesta por el turismo responsable y por la concienciación en defensa de ‘Save Posidonia Project’, un proyecto que trabaja para la protección de la posidonia, la planta marina responsable de la calidad y el color de las aguas de la isla y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, al que están destinados parte de los beneficios obtenidos con la venta de los abonos. En esta ocasión, además, se limitó el aforo a solo 300 entradas para ofrecer una experiencia segura, tanto para los asistentes como para el entorno. Como en ediciones anteriores, el cartel estuvo comisariado por festival Sinsal y, como ese evento que se celebra en la isla de San Simón, en la ría de Vigo, el cartel fue secreto hasta el momento de celebrarse las actuaciones.
De esta forma, la quinta edición reunió a artistas consolidados como Jorge Drexler o María Arnal i Marcel Bagés, con apuestas por la innovación y la sorpresa representadas por Michelle David & The True-Tones, Queralt Lahoz, Los Bitchos, Travis Birds, Nico Roig y Marem Ladson. El descubrimiento del entorno natural de Formentera fue, de nuevo, otro de los ejes de esta edición, con una serie de rutas para los asistentes que recorrieron el Parque Natural de Ses Salines, la playa de Ses Illetes o los acantilados del Camí de Sa Pujada. Una experiencia que incide una vez más en la concienciación y la necesidad de preservar estos entornos naturales.
La gastronomía, otro de los ejes del festival, estuvo representada por el chef con Estrella Michelín Pepe Solla, encargado de ofrecer al público una propuesta culinaria que él mismo spresentó al público, así como una serie de talleres inmersivos que aunaron sonido y degustación de cerveza. Un viaje musical, gastronómico y natural en el que la economía circular y el impacto positivo dan lugar a un festival que escapa a las normas.
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