Los rojiblancos rompieron en el Carranza sus techos de cristal lejos de Bilbao. Desatados, maniataron y golearon al Cádiz. Hay vida en este Athletic de Marcelino. Objetivo: la luna.
Gritos de júbilo ante las miles de pantallas luminosas que retransmitían el evento. A
brazos, vítores, abrumadoras sonrisas. ¿La misión espacial ha descubierto a un extraterrestre en Marte? No, el Athletic ha barrido cero a cuatro al Cádiz, en un partido antológico.
El amartizaje de la ‘Perseverance’ ha sido un éxito tras los siete minutos de terror tras la entrada en la atmósfera del planeta rojo. El equipo bilbaíno despega a plena potencia tras los primeros once partidos de Marcelino. El mundo rojiblanco entra en convulsión. Todo es posible aún.
¿Habrá vida en Marte? Es improbable. Su existencia requeriría pruebas extraordinarias. Lo del lunes, lo fue.
Hay vida en este equipo. Bien vivo y goleando, que diría aquél. Nuestro delta fluvial de Jezero fue el Ramón de Carranza, un vergel abonado a los ataques de los rojiblancos.
El equipo de Álvaro Cervera era un mundo cálido y húmedo hasta hace escasas fechas. Ahora es un erial. Da grima recordar lo ocurrido en la primera vuelta, frente a nueve gaditanos.
El auténtico cráter
Aquello fue un infierno. Un bochorno, con temperaturas que funden el plomo y a Garitano
. Una derrota que, junto a otras, sirvió para que vuelva la vida al Athletic.
Para cráter, el que le hicieron los leones a la defensa del Cádiz en los primeros treinta minutos. Les dejó resecos, muertos, baldíos. Aún son los primeros pasos fuera de la gravedad clasificatoria de estos ‘Marcelino´s boys’. Parece que flotan y que tienen superpoderes.
Sueñan con ‘Perseverar’. El fútbol, como la vida, son complejos de explicar. Ahora, todo marcha bien, aprovechémoslo y disfrutemos. Sin miedos.
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