Un halo de esperanza para el Athletic

Un halo de esperanza para el Athletic

No nos engañemos. Sigue estando difícil, pero si los de Bordalás hubieran levantado el título estaríamos con depresión, tratando de buscar alicientes para el final de Liga y haciendo casi balance del curso.

La victoria del Betis otorga a los zurigorris la posibilidad de aspirar a esa séptima plaza. Otra cosa es que luego puedan enjugar, en cinco jornadas, esa diferencia de 4 puntos ante un completo Villarreal. La sexta plaza, a 6 puntos, sigo sin verla viable, por muy complicado que sea el calendario de la Real. Ojalá me equivoque.

Depender de terceros no parece la mejor opción para cumplir tu objetivo, pero las cosas vienen como vienen. Miles de athleticzales se sentaron el sábado delante del televisor para empujar al Betis. No porque el Valencia fuera verdugo del Athletic, que puede que también, sino porque el triunfo de los de Pellegrini era el único resultado que valía de algo a los leones. Algo, por cierto, que pareció olvidar Marcelino en la sala de prensa del Nuevo Mirandilla cuando se le preguntó con quién iba en la gran cita del KO.

Las sensaciones que transmite el equipo no dan para ser muy optimistas. Si durante 33 jornadas no ha sabido mantener la regularidad que necesita un conjunto europeo, ¿por qué vamos a confiar en que puedan bordarlo en las cinco últimas? Porque es el Athletic Club. Ni más ni menos.

Cuando tiene la posibilidad de dar un golpe encima de la mesa y lograr un salto cualitativo en la clasificación, falla. Sin embargo, cuando parece todo perdido y lo más sencillo es dejarse llevar, resurge de sus cenizas. Después del meneo del Celta, los de Marcelino sacaron algo de amor propio para ganar en Cádiz y evitar, si se puede, hablar de Ibiza, que ya cansa.

La segunda parte que firmó el equipo en la Tacita de Plata es para ponérsela en el vestuario a modo de castigo hasta que griten basta. En cualquier caso, los puntos subieron al casillero y ahora son 48 por 52 del submarino amarillo.

Las cuentas de la lechera

Hacer cábalas a estas alturas parece harto complicado. De 15 puntos que quedan por jugarse, el Athletic tiene que sacar 4 más que el Villarreal porque el golaverage es favorable a los del botxo. Parece una quimera obtener un 27 % más de puntos de los que saque el rival, pero esto es fútbol y no hay nada imposible. Todos nos cambiaríamos por los de Emery, incluso sin contar con su participación europea, pero las cartas están ya repartidas. El objetivo es hacer pleno y luego cruzar los dedos

Las cuentas rojiblancas comienzan este sábado con el Atlético de Madrid, que se juega su presencia en la Champions, o al menos, el subcampeonato. Lo bueno que tiene la visita de los de Simeone es que Marcelino no tiene que perder tiempo en motivar a los suyos durante la semana. Viene de serie. Tiene suficiente con preparar la batalla táctica. En el Wanda se escaparon dos puntos importantísimos. Esperemos que no se repita porque todo lo que no sea sumar de tres en tres es entregar tu espada al Villarreal.

Tras los colchoneros vendrán Valencia y Osasuna y viajarán hasta Granada, con la salvación en juego para los de Karanka, y Sevilla, puede que con una plaza Champions en liza.

El conjunto de Unai Emery, además de la pelea continental con el Liverpool para llegar a la final de la liga de campeones, tiene, a priori, tres partidos complicados: Sevilla y Real Sociedad en su estadio y Barca fuera. También tiene que visitar Gasteiz y Vallecas, pero parecen salidas más fáciles en teoría. El primero porque el Alavés está prácticamente sentenciado y el segundo porque ya ha sellado su permanencia en primera. Independientemente de lo que hagan, el Athletic está obligado a buscar los 15 puntos y esperar. No queda otra.




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