Jan Oblak se convirtió en uno de los héroes del Atlético de Madrid en la semifinal de la Supercopa de España que se disputó en el Estadio King Abdullah de Jeddah. El conjunto rojiblanco se impuso por 2-3 al Barcelona, en buena parte, gracias a la actuación del arquero esloveno, que sostuvo al equipo en la primera mitad y al inicio de la segunda, cuando más apretaban los de Valverde. Encajó dos tantos (y otros dos que anuló el VAR), pero fue de los más destacados de la noche.
En la primera parte, el portero esloveno sostuvo al Atlético con grandes intervenciones que impidieron que el Barcelona se marchase por delante en el marcador. Messi, su bestia negra, fue el primero que se topó con él. Se plantó el argentino tras una pared en el vértice del área pequeña y disparó con la zurda, abajo, pero Oblak metió la pierna para abortar la ocasión.
Después fue su ex compañero Griezmann el que se encontró con el arquero. Mano a mano para el francés, que trató de picarla. Pero Oblak le conoce bien, y no cayó en la trampa. Se hizo gigante, sacando el balón con la mano. Y antes del descanso, le tocó el turno a Suárez. No fue tan clara la suya como las de sus dos compañeros de tridente. Una volea, algo forzada, ante la que el esloveno no tuvo problemas.
Mucho mérito el de Oblak, que al cuarto de hora de juego, dio el susto tras un choque con Luis Suárez. El uruguayo buscó el balón, pero llegó antes el meta colchonero tras una indecisión con Felipe. Quedó tendido en el suelo y necesitó asistencia médica en el muslo derecho. Por suerte, no pasó a mayores y pudo continuar sobre el terreno de juego para ser el mejor arma del Atlético en ese primer acto.
El muro cayó nada más comenzar la segunda mitad, aunque el marcador era favorable a los colchoneros, pues Koke, que acababa de salir, anotó a los 19 segundos de juego. Poco después, Messi recibió en el área y sacó un fuerte disparo con la derecha ante el que nada pudo hacer Oblak. Otra vez el argentino. Ocho tantos le ha hecho ya al esloveno.
El gol no hizo mella en el portero rojiblanco, que en el 55’ volvió a leer la intención a Griezmann, que buscó una vaselina casi sin espacio. Le estaba esperando Oblak, que atajó el balón. Luego sacó otro balón casi milagroso a Suárez, pero el rechace le cayó a Griezmann, que de cabeza, la mandó a la red. No podía hacer más.
El Atlético estaba contra las cuerdas. Pero reaccionó. Tras dos goles anulados por el VAR al Barcelona, el cuadro colchonero dio la vuelta al marcador. Y Oblak apenas tuvo trabajo después. Correa hizo el tanto de la victoria, pero si los rojiblancos están en la final, es gracias a que Oblak sostuvo al equipo cuando más apretaba el conjunto azulgrana.
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